Cuatro pollas y un funeral
Fecha: 17/02/2022,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... nerviosa con él, pensé que ya daba igual guardar las formas, Luis sabía de sobra que sus hermanos mayores me habían follado, la verdad que nunca me importo lo que pensaran de mí, pero no sé por qué con él, era diferente, la verdad que cuando lo dejamos fue por mutuo acuerdo, sin malos rollos ni cuernos de por medio, simplemente no encajábamos y ya está, es con el único de mis ex que guardo un buen recuerdo y tengo una más que buena relación hasta hoy claro, que no sé lo que iba a pasar.
Terminamos los dos sentados en el suelo de parquet, hablando de nosotros, sin mencionar en ningún momento a sus hermanos, fue el único que me hablo de su padre con los ojos vidriosos, le cogía de las manos acariciándoles mientes que le decía que lo sentía mucho, oíamos como la gente se empezaba a despedir y dando por perdidas mis bragas nos levantamos del suelo para irnos, hasta que por fin de casualidad las encontré encima de la mesa debajo de un libro, la verdad que no sabía muy bien como habían llegado hasta ahí, pero daba igual ya no tendría que irme a casa sin bragas.
Al darme la vuelta Luis está tan pegado a mí que nuestros cuerpos se chocaron, mis labios casi le besan sin querer y al vernos en esa situación, tan juntos con su cuerpo pegado al mío, sintiendo en mi sexo la erección de su pene que guardaba muy celosamente debajo de sus pantalones, mirándonos fijamente nuestros labios se fueron uniendo muy despacio, tanto que cuando los quise tener sobre los míos mi cuerpo ...
... experimentaba una excitación increíble, estaba cansada, harta de estar allí y la verdad con Luis ya había estado y se parecía más a sus hermanos Pedro y Javi, solo meter por meter sin juegos ni caricias ni besos, pero aquella tarde me equivoque porque Luis me empezó a besar los hombros, mi cuello, empezó a acariciar mis pechos por encima de mi vestido que una vez más me quite, que había pasado con mi Luis, lo habían cambiado y la verdad que no me importaba, es más me alegraba porque sus besos y sus caricias iban dirigidas precisamente a los puntos que más me excitaban.
Quitándole los pantalones enseguida le cogí su pene para empezar a masajearlo, a resbalar mi mano de arriba abajo, Luis lamía mis pezones mordiéndomelos despacio, no se parecía en nada con aquel con el que estuve tiempo atrás, sus carias y sus besos excitaban mi cuerpo a límites imaginables, me mordía la comisura del labio, echaba la cabeza hacia atrás cuando le sentía merodear mi vagina con sus manos, húmeda y rosada, húmeda y oscura, no habían pasado más de tres horas en esa casa e iba a follar por cuarta vez, cuatro pollas en un funeral, era excitante, una locura pero vendida locura.
Luis me fue penetrando poco a poco, desde abajo, flexionando sus piernas y lanzando ataques contra mi vagina desde abajo, le sentía incómodo y la sentía entrar muy poco, quería más de él, deseaba y necesitaba más de él, ayudándome de mis manos me subí en la mesa sentándome en el borde, Luis seguía metiéndome su pene que ahora entraba ...