La fantasía de Edurne
Fecha: 18/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... de tamaño considerable, con una gran aureola de marrón muy oscuro, coronadas por un pezón gordo. El hombre se abalanzó sobre sus ellas como hacía demasiado tiempo que no hacía nadie. Edurne gimió de gusto al sentir como el hombre succionaba, lamía y mordía sus tetas.
La mujer deseaba agarrar un cuerpo masculino. Tener entre sus manos un miembro erecto. Sus manos se apresuraban en desabrochar el pantalón de su amante. Hans se tumbó en la cama, ya totalmente desnudo. Edurne, solo vestida con unos pantalones, recorría el torso de aquel extraño con su boca. Mordía sus pezones, lamía su pecho y descendía buscando la entrepierna donde un hermoso miembro erecto la esperaba.
Edurne le agarró la polla a Hans. Hacía mucho que no tenía una entre sus manos. Hacía meses que su marido había perdido interés por ella y ahora, aquel desconocido le brindaba la oportunidad de disfrutar de una buena polla. Edurne la agarró con su mano. La sentía dura y muy caliente. Tiró de la piel hacia abajo liberando por completo un glande gordo color rojo intenso. Se veía apetecible y la mujer no dudó en acercar su boca para lamerlo.
Pasó la lengua por la punta para luego lamer todo el tronco, desde los huevos hasta la punta. El sabor salado le pareció delicioso después de tanto tiempo. Sin dudarlo comenzó a introducírsela en la boca. Abrió bien la boca y se la tragó entera hasta la campanilla. El hombre suspiraba sintiendo la gran mamada que aquella casada insatisfecha se disponía a darle. Por fin ...
... Edurne comenzó un movimiento de su cabeza, da arriba abajo, apretando sus labios entorno al tronco, llevando el capullo casi hasta la salida para volver a bajar la cabeza llevándolo hasta el fondo de su garganta.
Edurne se acompañaba con un movimiento de su mano para pajear al hombre.
Hans apoyaba una mano en la cabeza de la mujer e introducía la otra dentro del pantalón de la mujer hasta tocar su culo y hurgar con su dedo hasta llegar a la entrada de la vagina. Edurne se humedeció y suspiró profundo, con la polla en la boca, al sentir unos dedos diferentes a los suyos intentando darle placer.
El autor acarició desde el ano hasta el clítoris, paseando sus dedos por toda la zona. Notando el calor del agujero del culo, la humedad de la vagina, separando los labios vaginales babeantes, hasta llegar al botón palpitante y deseoso de placer. La excitación de Edurne era máxima y no pudo (ni quiso) evitar un maravilloso orgasmo con la polla de Hans en la boca.
La mujer quedó totalmente relajada, junto a ella el hombre estaba tumbado. Ella se terminó de desnudar. Gateó por el cuerpo de su amante hasta colocarse cobre su cara, ofreciéndole su inundado coño para que se lo comiese. Hans, sabiendo lo que necesitaba su lectora, devoró el sexo de Edurne. Con su lengua comenzó a lamer aquella raja caliente de la que manaba abundante flujo caliente. La mujer miraba hacia abajo deleitándose en la comida que le estaba dando aquel desconocido:
-Sí, joder, lame como un perro.
El ...