La fantasía de Edurne
Fecha: 18/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... autor se afanaba en relamer cada rincón de aquel coño insatisfecho. Su lengua recorría cada pliegue de una vagina roja y jugosa de la que manaba flujo caliente. Edurne, se pellizcaba un de sus pezones apoyada con la otra mano en la pared por encima del cabecero de la cama. Sus gemidos eran de verdadero placer tanto tiempo contenido y se debían oír en el resto de la planta de aquel hostal de polvos secretos. Un nuevo orgasmo la llevó a cerrar las piernas entorno a la cabeza de Hans que no dejaba de mover su lengua al clítoris trillado por sus dientes mientras profana el agujero trasero de la mujer con su dedo anular.
Volvió a caer derrotada por el placer pero ahora el hombre no le dio tregua. La colocó boca arriba y se puso sobre ella. La besó antes de comerle las tetas y dirigió su polla hacia la entrada de la vagina. De un golpe de cadera seco le incrustó la polla en lo más profundo de sus entrañas. La mujer dio un grito:
-Sí, joder.
Era la primera vez que la penetraban en casi un año. Sin esperarlo recibió otro pollazo y otro, que la llevaron a un estado de excitación máxima. Con sus piernas rodeo el cuerpo del hombre que se empleaba a fondo en la follada. Literalmente la estaba empotrando contra el colchón. Ella se agarraba a su espalda hasta casi clavarle las uñas:
-Dame fuerte, cabrón.
-¿Te gusta, eh, puta?
-Sí, joder. Reviéntame.
-Qué perra eres.
-Quiero ser tu puta…
El ruido de los dos cuerpos chocando entre sí era la banda sonora de la ...
... tremenda follada que estaba recibiendo Edurne después de tanto tiempo. El hombre dio un fuerte puntazo y se la dejó clavada muy adentro. Ella gritaba casi de dolor al sentir la polla del autor tan adentro de su coño:
-Me lo vas a partir cabronazo.
Hans salió de ella y la colocó a cuatro patas. Edurne se colocó con la cabeza sobre el colchón ofreciéndole una magnífica visión de sus dos agujeros a aquel desconocido que se la estaba follando a su antojo. Introdujo su mano entre sus piernas y se dispuso a acariciarse el clítoris mientras el hombre, que ya le había vuelto a clavar la polla, se la follaba. Durante 10 minutos el autor estuvo percutiendo con una fuerza, desconocida por ella, contra aquel coño deseoso de carne. La estrechez inicial se había transformado en una deliciosa textura esponjosa. Era un volcán en erupción de lava caliente lo que Edurne le ofrecía entre sus piernas:
-Me corro, puta, me corro…
-Échamelo dentro, joder. Quiero tu leche dentro.
Hans introdujo su dedo pulgar en el ano de aquella mujer casada y se corrió abundantemente en un escandaloso orgasmo común. Ambos cayeron sobre la cama. Estaban exhaustos, sudorosos, agotados pero sobre todo satisfechos.
Minutos después se despedían de una manera muy fría en la puerta del hostal. Quedaron en seguir hablando mediante correos electrónicos. Cada uno tomó una dirección.
En el coche de vuelta a casa, Edurne, con una indisimulable sonrisa de placer en sus labios, iba recordando momentos vividos ...