1. Cuando la calentura aprieta (08)


    Fecha: 01/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: rosamarsan, Fuente: CuentoRelatos

    ... desde que estaba con ella, él no pagaba nada. Todo lo que ganaba lo tenía ahorrado, lo mantenían de todo. Coches de lujo, relojes, teléfonos, todo lo que quería lo tenía.
    
    A cambio de todo eso, él solo tenía que estar con ella. Me dijo que la quería, pero que casi como amiga. El sexo ya era una cosa apenas fugaz. Al referirse al sexo, le pregunté entonces como hacía para aliviarse. Él me contestó que aunque vivían en una ciudad, era bastante pequeña, por lo que las infidelidades eran un deporte de alto riesgo. Aprovechaba que viajaba a unos congresos de algo relacionado con su empresa, para contratar los servicios de prostitutas y así apagar su fuego interno. Eso sí prostitutas de lujo, me recalcó.
    
    Casi sin darnos cuenta, casi pasó la tarde, me sentía muy a gusto hablando con él y según me dio a entender él conmigo. De pronto sonó el timbre, era su esposa junto con Leonor, les invité a pasar y les propuse que si querían tomar algo. Leonor me pidió un café y su nuera me dijo que nada, que se encontraba un poco indispuesta. Lógico después de tener 2 botellas de vino aun en su interior. Pasado el rato nos despedimos y se fueron a su casa. Pablo me dijo que había estado muy bien la charla y me invitó a repetirla algún día. Le dije que ahí tenía su casa para lo que quisiera.
    
    Al quedarme nuevamente sola en mi casa, pensé en si habría alguna posibilidad de acostarme con Pablo. Lo veía difícil, lo primero porque según me había dicho, estarían solo cinco días y durante ese ...
    ... tiempo, yo estaría con mis hijos o mi esposo. Por lo cual lo descarté totalmente.
    
    Así fue, los días pasaban, solamente me crucé con él un par de ocasiones mientras entrabamos o salíamos. Una mañana Leonor llamó a mi puerta. Me dijo que su nuera había dicho de ir a visitar un centro comercial que habían inaugurado no hace mucho y que era prácticamente una ciudad de tiendas. Decliné la invitación ya que en esos días aquello sería agobiante y no me gustaban las aglomeraciones. Leonor me dijo que si mis hijos podían acompañarles ya que quería comprarles algo, como regalo de navidad. Ella me los tenía muy consentidos, siempre les compraba lo que ellos querían. Pero no podía decirle nada, ya que los cuidaba como si fueran hijos suyos. Mis hijos aceptaron encantados y se fueron con ella.
    
    Pasaron apenas unos poco minutos cuando sentí nuevamente el timbre, abrí y allí estaba Pablo. Le pregunté qué hacia allí. Me dijo que él pasaba de ir al centro comercial y había dejado a su madre y a su mujer irse solas con mis hijos. Me dijo que si le invitaba a café, le acompañé al salón y nos pusimos sendas tazas de café. Mientras nos lo tomábamos, veíamos la tele casi sin hablar, solo comentábamos alguna cosa de las noticias que salían.
    
    Me chocaba esa situación, si la comparábamos con la charla tan amena que tuvimos la tarde del día de su llegada. Él estaba como si su mente estuviera a kilómetros de distancia. Me levanté, recogí las tazas y me dirigí a la cocina. Aquella mañana me había ...