El sofá de la señorita R
Fecha: 06/03/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... aroma de la mujer era lo único que percibía.
Ella dirigió sus manos a mi nuca, enredando sus dedos entre mis cabellos. Yo respondí con dulces besos en su ombligo y vientre, algunos apenas un roce, otros húmedos, aumentando su cadencia a medida que iba descendiendo, hasta llegar a las puertas de sus labios externos.
Con ambas manos separe suavemente los labios vaginales, recibiendo un gemido de aprobación por parte de ella. Quedó así toda su rajita expuesta a mi voluntad, situación que le excitaba enormemente. Mirándola fijamente a los ojos, para estudiar y disfrutar de su reacción, acerqué mi boca con la lengua fuera y rocé el clítoris. Fue apenas una caricia, casi como un soplido, como el roce de pluma o una gota de agua. Pero ella lo sintió como si la rozaran con un hierro ardiente. Un nuevo roce, igualmente suave, hizo que ella arqueara su espalda como si hubiera recibido un calambre. Otro roce, y otro más, suaves, nada más que utilizando la punta de la lengua. Ella lanzó un gemido, inundado de sensaciones, trataba de organizarlas en su mente. El clítoris tenía un sabor salado, no excesivamente fuerte.
Tras esta primera aproximación saque totalmente la lengua de mi boca y con un fuerte lametón, igual que un perro, hice que ella diera un respingo ante el brusco cambio de ritmo. Mi lengua se volvió loca sobre el clítoris, lamiendo en círculos, unas veces dura, otras suaves, rozando con la punta, apretando, lamiendo, apenas tocando o aplastándolo. Saboreaba aquel ...
... bombón de pequeño tamaño con las diferentes partes de mi lengua, notando a veces un sabor más agrio, otras más salado, algunas incluso dulce y afrutado.
Mantuve este juego durante unos minutos, hasta que estuve seguro de haber recorrido el clítoris con cada zona de mi lengua y notar que ella pedía algo más. Entonces le di un beso y, sin retirar los labios, succioné, absorbiendo el clítoris con fuerza perfectamente medida. Ella lanzó un sonoro suspiro cuando el placer llegó desbordado desde su entrepierna. Sin dejar que el clítoris se escapara de mi boca, mi lengua jugaba con él dentro de mi boca, estimulándolo a la vez con mis labios.
Cuando la respiración de la Señorita R se aceleró me detuve de nuevo. Dirigí mi boca a la entrada de su sexo y con avidez, como un hambriento ante su primer bocado, abriendo la boca, intenté "comerme" aquel delicioso manjar que se presentaba ante mí. Mientras mi boca abierta cubría todo el exterior, la lengua lamía de arriba a abajo, recorriendo los labios, forzando a que se abrieran. Cuando ella notó la lengua pasando en la entrada de su seo, no pudo reprimir que se le escapara un “SI” profundo.
Y ese "SI" se transformó en un grito de gusto cuando yo, al fin, introduje mi lengua en aquella cavidad que me atraía como un imán. En principio sólo la punta, pero luego, sacando mi lengua todo lo que podía, intente penetrarla con ella. El sabor era mucho más intenso que en los labios externos o en el clítoris. Era sabor a mujer en toda su ...