1. Mi primer trío MHM


    Fecha: 10/03/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... que hiciera lo mismo, pero sentándose sobre mi cara, ofreciéndome así su sexo para chupárselo, una y otra vez. Tenía ligeras imágenes de ellas a través de los espejos y alcancé a verlas abrazándose y besándose, pues estaban frente a frente; una contoneándose sobre mi pene y la otra gozando de mis chupadas en su cuca.
    
    Éramos el centro de atención en esa sala y el punto a superar en aquella reunión. Había varias parejas a nuestro alrededor, que trataban de hacer lo suyo, cada uno a su manera, mientras nos miraban. Después mi esposa me contó que había sentido que le acariciaban las nalgas. Yo nunca me di cuenta de eso.
    
    Después de un rato, Maritza cambió de posición con mi esposa. Ella ahora disfrutaba mis chupadas y mi esposa hacía de las suyas, clavándose mi pene en su vagina. Temí que todo fuera a acabar rápido, pues tenía mi verga a punto de estallar, así que me concentré en tratar mirar a los demás y pensar en otras cosas, tratando de desviar mi atención a lo que estaba sintiendo. Me dedique a chupar el sexo de Maritza y a masajear sus nalgas.
    
    Maritza se retiró y mi esposa se puso ahora en posición de perrito y me ofreció su sexo para que la penetrara desde atrás, cosa que hice de inmediato, sin dudarlo un instante. Maritza, en tanto, se colocó debajo de ella y le ofreció su sexo para que lo chupase nuevamente. Así que, yo empujaba detrás del culo de mi mujer y ella chupaba el sexo de Maritza. En esa posición pude ver como todos posaban sus miradas sobre nosotros ...
    ... y creo que más de uno, hombres y mujeres, hubiese querido participar, pero nos dejaron hacer nuestra faena sin interrupciones.
    
    Mi esposa empezó a menear sus caderas, a empujar adelante y atrás, de modo que ya no me pude contener y me vine dentro de ella. Yo me retire y Maritza, para nuestra sorpresa, quiso chupar de nuevo el sexo de mi mujer, quizá para probar algo del semen que yo había descargado dentro de su cálida y palpitante concha. Creo que fue un espectáculo para ambos. Y así duró un largo rato, lamiéndola por completo.
    
    De pronto Maritza dejó a mi mujer tendida en el suelo y se abalanzó a besarme. Sentí un sabor especial en ese beso y creo que me devolvió algo del semen que yo había descargado en mi mujer. Me pareció una sensación extraña, pero de profunda excitación, porque Maritza lo hacía con mucha propiedad y sin reparos. Fue toda una experiencia. Nunca me lo esperé y creo que tampoco mi esposa. Las cosas fueron surgiendo de acuerdo a las circunstancias y a lo que pasaba por la cabeza de cada uno. Fue algo genial…
    
    Después de aquello, lo de siempre, volvimos a nuestros lugares, comentamos lo bien que nos habíamos sentido, agradecimos a Maritza por habernos ayudado a hacer realidad esa fantasía, bromeamos un poco con respecto a su desinhibición y soltura para expresar su sexualidad, y brindamos porque la experiencia se volviera a repetir. Al menos eso es lo que yo siempre esperé. Andrés se fue a vivir a otro país y perdimos el contacto con Maritza. Jamás ...