La convención
Fecha: 21/03/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cuidada vestía camisa blanca y corbata negra. Guapo pero tampoco para tirar cohetes, en quien sí fijé mi atención fue en su compañero con quien aún no había cruzado palabra. Mayor que su compañero, unos cuarenta y tantos y negro, muy negro y de cabeza rapada el conjunto de perilla y bigote supongo fue lo que me lo hizo ver más interesante. Camisa negra y corbata del mismo color, no hacía más que limpiar y limpiar copas, al parecer completamente ajeno a mi presencia. Eso hirió mi amor propio haciéndome a partir de ese momento tomar mayor interés en él.
Disfrutando un corto y cálido sorbo de mi copa de brandy, al fin vi aparecer radiante a mi amiga que bajaba la escalera. Con un fuerte movimiento de mano la saludé a lo lejos. Arrebatadora y espléndida con su minivestido rosa de satén muy brillante. Vestido bastante ceñido y con alguna que otra transparencia en ciertas zonas estratégicas del mismo remarcándole sus ampulosas y sinuosas formas. La verdad estaba para hacerle varios favores si no fuera que aquella noche yo tenía otras ideas en mente que no pasaban por estar con ella.
Bajando Amanda un escalón tras otro sobre sus elegantes sandalias doradas, de manera lenta y segura en cada nuevo paso. Buscándome desorientada con la mirada en algún punto inconcreto del amplio hall. Al fin me vio. Removiendo la melena a los lados antes de con los dedos volver a removerla, echándola atrás al alborotarla aún más. Sensual, esplendente en toda su belleza, centrando seguramente en ...
... su persona más de una mirada. La melena a un lado y otro, con una sonrisa leve la vi devolverme suavemente el saludo. Pronto la tuve a mi lado.
- Tardaste un poco –con la mano en la barra cogida la copa entre los dedos.
- Lo sé, perdona… ¿llevas mucho rato esperando?
- Sobre un cuarto de hora, no te preocupes. La fiesta está de lo más aburrida, todos hablando de pólizas, trabajo y más trabajo.
- Bufff, menudo incordio. ¿Qué tomas? –preguntó viendo que ya había pedido.
- Algo de brandy –declaré mostrándole la copa ya casi acabada.
- Nena, empiezas fuerte la noche –una fuerte risotada la que me lanzó.
- Bueno, calentando motores ya sabes. Por cierto, estás guapísima… ¿dónde encontraste esa preciosidad de vestido?
- Secreto, no puedo decir nada –dijo tapándose la boca y haciéndome con ello crecer la envidia.
- Ejem, perdone señora… ¿quiere tomar algo? –nuevamente el joven camarero mostrándose agradable y simpático.
- Sí, un bitter estará bien gracias.
- ¿Solo un bitter? Hija, qué sosa te has vuelto de repente –le dije apurando mi brandy y pidiéndole ahora al guapo moreno una segunda copa.
Las dos en la barra continuamos la charla amistosa. La fiesta, la cena y los compañeros de trabajo, el jefe y sus cosas que tan bien conocíamos. Poco a poco fuimos entrando en materia, cambiando de conversación a otras cosas. Amanda se percató de cómo los hombres nos miraban, haciéndome un gesto disimulado pero que cacé a la primera. Guapas y apetecibles como ...