1. Con un malandro salido de prisión


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Gays Autor: TheShambhaEveryday, Fuente: SexoSinTabues

    Yo no lo conocía, pues llevaba apenas dos años viviendo en aquel barrio. Sin embargo, de haber vivido toda mi vida, tampoco lo hubiera conocido, ya que llevaba mas de 20 años en prisión. Pero la noticia no pasó por alto para nadie en mi edificio, cuando se supo que iba a quedar en libertad. Según contaban, había asesinado a su novia en un departamento de mi mismo edificio, desconozco exactamente en cual. Las opiniones sobre el eran bastante divididas, aunque la mayoría rechazaba la idea de que sea liberado. Sin embargo, una minoría justificaba sus acciones o dudaba de ellas, ya que era un tipo tranquilo y su pareja no era ninguna santa. Ya saben como es la gente. También escuché sobre que se dedicaba a robar, entre otras actividades, por lo que se había ganado el apodo de "malandro". Pero santo o no, culpable o inocente, 20 años de prisión cambian a cualquier hombre. Segun se decía, era una locura que el malandro salga de prisión, pero la pena fue esa y la cumplió. Los días pasaron, no me preocupé por conocerlo. De todas formas tampoco volvió a vivir a mi edificio, mucha gente no lo quería ahí, lo que hizo mas dificil que lo conozca. Pero esa oportunidad, no muy buscada, llegó un día en que estaba comprando en el almacén de mi barrio y escucho una moto parar afuera. Un tipo grande, con aspecto de no seguir mucho la ley, entró al lugar. Esto hizo que algunas personas allí, incluyendome, nos sintieramos nerviosos, pues (y sin intención de juzgar mal) el hombre parecía ...
    ... realmente un ladrón. Pero entre los que no se sorprendieron estaba el vendedor del almacén, quien por el contrario lo saludó amablemente. Después de comprar me fui y no volvió a pasar nada. Puesto que en mi vida nunca me había puesto a pensar del todo como era estar preso tantos años, me dio algo de curiosidad conocerlo, saber de el y como había sido su vida dentro. Así fue como, otro día comprando en el almacén, pregunté al vendedor si aquel tipo se trataba efectivamente del conocido malandro. La respuesta fue afirmativa. Pero la sorpresa no llegó realmente hasta volver a mi edificio donde, afuera, encontré su moto, la cual la reconocí por verla también al salir del almacén hacía unos días. Pensé en quedarme ahí abajo hasta que aparezca, pero eso sería raro. Decidí entrar y ver si con un poco de suerte, lo encontraba dentro, aunque ya sabía que aquel no era ya su departamento, quizás estaba adentro. Y mi pensamiento no falló. A los pocos minutos de entrar, lo crucé saliendo con una caja. Disimulé que estaba entrando y pensé que era ahora o nunca. Lo saludé y le dije que era conocido allí, pero yo no lo conocía. - Si, lo se, no soy muy bienvenido aquí la verdad. - Cierto - contesté - de curiosidad, que haces por aquí? - Vine a buscar esta caja con algunas cosas mías que quedaron aquí desde entonces. - Ya veo. Ey, quieres subir a mi departamento y tomamos una cerveza? Su cara de sorpresa fue grande, pero aún mas fue la mia, que no podía creer lo que dije. Tras dudar unos segundos, ...
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