1. Con un malandro salido de prisión


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Gays Autor: TheShambhaEveryday, Fuente: SexoSinTabues

    ... aceptó. Subimos rápido, intentando que nadie lo vea. Una vez dentro, comenzamos la charla con las cervezas. Me contó de su vida, de porque terminó en prisión (me confirmó el asesinato y los robos). - La maté, si, y me arrepiento, pero lo haría otra vez si me encontrara en esa situación. Ella era extremadamente manipuladora y estaba destrozandome. No era justificable lo que hizo, pero lo entendí. Me di cuenta de que era un asesino, pero no un mal tipo. Claramente estaba arrepentido, no de matarla, sino de no haberse alejado antes y evitado todo. Luego me contó de sus años en prisión, las cosas parecían muy duras. Sin embargo se detuvo en un tema en especial, el sexo. - Si estás en prisión y tienes a una chica que va a visitarte y tienes sexo con ella, los años en prisión pueden ser llevaderos, pero es duro saber que no verás a una mujer desnuda en años. Comienzas a ver a los hombres como otra cosa, y de repente un culito en la ducha se convierte en objeto de placer y deseo. Al principio me tocó que los que llevaban ahí mas tiempo quieran mi culo, pero luego se invirtió. Aunque el tema me estaba impactando un poco, e incluso excitando, no podía no demostrar seriedad frente a lo que me contaba. El "malandro" se estaba abriendo ante mi, contando cosas intimas que quizá no a todo el mundo le contaba. Terminado el tema, miró la hora y dijo que se tenía que ir, por lo que fui a abrirle. Esa noche, en la oscuridad de mi habitación, me masturbé. Me imaginaba siendo el objeto de placer ...
    ... de mas de un prisionero en las duchas. Con unos dedos en mi culo y otra mano en mi verga, tuve un orgasmo, el cual acompañé con gemidos de puta. Pasaron los días y no volví a verlo, pero tampoco es que pensaba en hacerlo. Hasta que una noche tuve el deseo de fumar cigarrillos. En mi departamento no había y ya era tarde para que este abierto el almacén. Debía caminar varias cuadras, cuando ya eran las 11 de la noche, pero decidí hacerlo. Para mi mala suerte, a las pocas cuadras, un hombre de muy mal aspecto saca un arma de su campera y me apunta, pidiendome el dinero y el movil. Comienzo a sacar las cosas de mi bolsillo resignado, cuando escuchó una moto. Era el malandro. Apenas llegó, frenó y habló con el ladrón. - Olvidalo - dijo el "malandro" - este es mio. - Si, señor, lo siento. El ladrón corrió aterrado. Pensé que el malandro sería quien me robe ahora, pero muy por el contrario, me pidió disculpas y me explicó que se trataba de un viejo compañero. Pasado el susto, me sentí protegido, así que le pregunté si sería tan amable de llevarme en su moto a comprar cigarrillos. Accedió y fuimos. Luego de comprarlos, fumamos algunos mientras charlabamos, hasta que me hizo una invitación. - Oye, te portaste bien conmigo el otro día. Nadie ahí quiere verme, pero no te dejaste llevar por prejuicios y abriste tu puerta para mi, como un amigo. 20 años son mucho, perdí amigos y conocidos, no me queda mucha gente, por lo que un simple acto como ese se aprecia mucho. Ya que me invitaste a ...