Mi suegro (Parte 2)
Fecha: 23/03/2022,
Categorías:
Incesto
Autor: Sophia, Fuente: CuentoRelatos
... cada vez más apasionada.
No puedo negar que en gran parte era yo, la que iniciaba las cosas, desde levantarme con un camisón corto transparente, cosa que antes no lo hacía, o dar de mamar al bebe con el dorso desnudo, demostrando que estaba dispuesta a tener sexo. No sé por qué motivo, no tomábamos precauciones, posiblemente por sentir su miembro libre de esa membrana protectora.
A pesar de haberme visto desnuda, no dejaba de sentir una cohibición que me acarreaba, ante su mirada, tratando de taparme con mis manos, que él retiraba besando cada centímetro de mi piel, llevando a girar mi cuerpo, para besar mi cuello, espalda, cintura y mis glúteos. Día a día le iba entregando mi cuerpo, disfrutando plenamente de sus caricias.
Como solía hacerlo habitualmente, una tarde mientras acariciaba mi espalda, llego hasta mis posaderas, separándolas manteniéndolos con sus manos, sin dudas observando mi ano, cosa que me dio algo de pudor, traté de relajarme para regocijarme de sus excitantes caricias. Hasta que su dedo comenzó a bordear mi orificio, oprimiéndolo cada tanto, ese contacto me enervaba. Hasta que después de ese loco juego, su yema oprimió mi ano, abrí más mis piernas, como aprobando ese acercamiento, hasta sentir como su dedo se iba introduciendo lentamente en mi conducto. Me dolía un poco, al punto de pedirle que cesara, pero traté de soportarlo para ir descubriendo esa nueva sensación.
Así con total maestría su dedo fue introducido totalmente, sacándolo y ...
... volviéndolo a enterrar, hasta llegar a elevar mi temperatura, después de varios minutos, lo hizo con dos, cosa que me hizo gemir un poco, por esa intromisión punzante.
Mientras efectuaba ese vaivén enardecido, su otra mano oprimió mi pecho, apretando mi pezón, mientras sus dedos llegaban lo más profundo que podían. Me sentía totalmente enardecida, con ese abrupto hurgamiento, donde mis tetas comenzaron a expulsar la leche y mi vagina a humedecerse rápidamente.
Empecé a gemir por mi exaltación, a lo que mi suegro acelero el tratamiento, hasta que mi cuerpo parecía estallar por las convulsiones que me producía, gimiendo y gritando de ese método tan efectivo, aplacándome ante la llegada de un fuerte orgasmo.
Debo reconocer que mi suegro me llevaba a una serie de estados, que lamentablemente nunca había experimentado.
Nuestra relación se iba acrecentando día a día más, ya no me vestía durante la mañana, esperaba que se fuese mi esposo para levantarme solo con mi camisón corto, yendo a la cocina a alimentar a mi hijo, esperando a mi suegro para quitármelo, quedando desnuda. Prácticamente ese ritual era todos los días, apenas dejaba de amamantar teníamos una relación. Me encantaba estar desnuda ante él, dándole la teta.
Una mañana después de dar de mamar a mí bebe, llegó Ricardo a la cocina, al verme con mis pechos al aire, no pudo contenerse para comenzar a besarlos, su leve contacto me alteraba las hormonas.
Me quitó el camisón quedando totalmente sin nada, nos ...