La Hermana Mayor que todos Compartimos
Fecha: 20/07/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Sexo Interracial
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... intentase nada.— ¿Y tú, machote? —interrogó mi padre al invitado restante.— Estoy conociendo a una joven un poco mayor que yo…— ¿Cuánto es un poco? —Le interrumpió mi padre.— En dos horas tendré oficialmente mayoría de edad, por lo que unos cinco años, quizás.— Esas son las mejores —explicó mi procreador, hizo una pausa para dar un bocado al sándwich y tragar, después continuó—. Generalmente no son tan sosas como las de tu edad y ya vienen aprendidas. Además son unas viciosas —añadió riéndose.— Oh, sí. La que estoy conociendo yo tiene pinta de viciosa; aunque se me resiste y no reconoce lo mucho que le gusto —me atraganté silenciosamente sin que nadie se percatase.— Debes insistir. Goliat te llamabas. ¿Cierto? —Este asintió—. Goliat. Lo que más les gusta a la jóvenes es que les insistan, las hace sentirse deseadas y aunque no le gustes, te aumenta las posibilidades el presionarla, no darle tiempo a pensar —“Gracias, papa” pensé; yo temiendo al enemigo y el peor lo tenía en casa.— ¡Que buen consejo! —bramó el gigante de mi derecha mirando a mi progenitor—. Le haré caso y no me rendiré.— Pero dime, ahora que estamos en un ambiente de confianza —intimó mi padre buscando fisgonear un poco—. ¿Es algo serio lo que sientes por esa chica o solo sexo? —Hizo una pausa y añadió—. Si puedes y quieres compartirlo, claro.Pegué un pequeño bote al sentir como la enorme zarpa de Goliat se posaba silenciosamente sobre mi muslo derecho. Miré a todos los integrantes de la mesa pero nadie ...
... pareció percatarse, incluso él mismo parecía ajeno a lo que su mano estaba haciendo.— Es más que solo sexo, me vuelve loco… —Sus dedos se fueron acercando hasta la solapa de la media; yo bajé inmediatamente mi mano derecha para detener su avance. Él no se cortaba en absoluto, seguía hablando como si no le supusiese un esfuerzo hacer las dos cosas a la vez, mientras miraba a los ojos de mi padre con intensidad—. Ella lo sabe, pero se resiste como si no quisiese. Pero ambos sabemos que ella quiere —tuve que bajar la otra mano con la que agarré su gruesa muñeca para intentar sin éxito que no se infiltrase entre mis medias. Sus dos dedos acariciaron mi vello púbico mientras continuaban descendiendo. La sensación del roce de sus yemas con mi pubis provoco que perdiese durante unos segundos el control de mi rostro. Mi mandíbula se desencajó y mis ojos se entrecerrarón, en seguida corregí la expresión de mi cara sin que nadie, o eso esperaba, se hubiese percatado.— Entonces debes insistir. Cuando una mujer realmente no quiere, lo demuestra. Sin embargo si solo gimotea “nos” inseguros, la tienes en el bote.— ¿Y si no reconoce nunca que le gusta?— A alguna les gusta sentirse dominadas, y a otras les encanta dominar —argumentó mi padre—. Sin embargo, y aunque la gran mayoría tienen asimilado estos estereotipos rechazando el opuesto, hay algunas de las que no ha dominado nunca que podrían hallar placer en hacerlo. Mientras que las que no se han dejado dominar nunca desconocen el placer de ser ...