1. La Hermana Mayor que todos Compartimos


    Fecha: 20/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Interracial Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... provocada por su mano, y la cremallera fue bajando hasta llegar a su cintura, donde ambas solapas se separaron.Sus tetas no eran demasiado grandes, pero llenarían mis manos. Continué bajando hasta llegar a sus labios vaginales, los cuales estaban completamente lubricados.Posé la palma de la mano y, con suavidad, la empuje para tumbarla completamente.— ¿Q-Que haces? —preguntó sin mostrar ya resistencia.— Cállate —Le ordené mientras acercaba lentamente mi polla a su entrepierna.— No… —Ella solo se estaba resistiendo verbalmente, todo iba bien. Pero cuando mi polla ya estaba apuntando hacia el orificio ella se inclinó de nuevo y colocó sus dos manos en mi pecho.— ¿Qué te pasa ahora?— Recuerda lo que me prometiste —dijo mirándome a los ojos.— Lo recuerdo —contesté poniendo énfasis en el “Lo”.— ¿Qué haces?— Voy a masturbarme contigo.— ¿C-Conmigo? —preguntó y yo asentí— Te dije que no podías tocarme.— Voy a hacerlo. Elige: O me permites toquetear un poco o te la meto a la fuerza.— N-Ninguna de las dos. No puedes obligarme.Cansado de dialogar y hacerlo por las buenas la cogí del cuello sin apretar y la estampé contra el colchón. Ella desesperada se agarró con ambas manos a mi muñeca.— S-Suéltame —Me exigió mirándome con odio.— No, podía haberlo hecho así desde el principio y no lo hice. Es culpa tuya por resistirte tanto.— ¿Me quieres obligar a hacer algo que no quiero?— No te estoy obligando y lo sabes. Lo deseas.— Cuando lo deseé te suplicaré, y eso no pasará nunca.— Entonces no ...
    ... supliques. Para mí eres ya lo mismo que un buffet libre, cogeré lo que quiera cuando quiera —Al decir esto su expresión pasó de enfado a desesperación.— P-Por favor… No… —Una lágrima cayá por el costado de su rostro, sus manos me agarraron la polla mientras ella proponía una solución que me gusto—. Haré que te corras. ¿Vale?Yo no respondí. No me satisfacía obligarla, no me satisfacía hacerla sufrir. Yo quería que suplicara, que se humillase a cambio de disfrutar.Sus manos empezaron a masturbarme, eran muy pequeñas y no podían abarcar bien mi miembro. Yo en ningún momento la solté del cuello, no hasta que ella demostrase que realmente no quería o asumiese su papel de objeto. Estando encima de ella, acerqué mi rostro al suyo lo suficiente como para oler la fragancia de su respiración.— ¿Por qué lloras? —Al preguntar eso ella se rio tímidamente.— ¿Te estoy masturbando y te preocupa el que lloré? Creía que para ti solo era un objeto.— Lo eres. Un objeto sexual. Pero eso no te hace menos persona, no quiero que llores. Así que responde. ¿Por qué lloras? ¿Es por mí?— Sí.— ¿No deseas esto?— Sí… —dijo cerrando los ojos, sin soltar su cuello y con la mano que me sobraba, le arrebaté a sus manos mi miembro.— ¿Deseas mi polla? —pregunté pero no respondió, yo me separé de ella y observé su humedecido coño el cual ya estaba empapando las sabanas. Posé la superficie del prepucio en su clítoris y el tronco sobre su orificio. El glande sobresalía estampado contra su vello púbico—. Si no dices ...
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