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La Hermana Mayor que todos Compartimos
Fecha: 20/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Interracial Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... sean las batallas que se venzan.Me levanté del sofá procurando no hacer ruido quitándome la manta de encima. Observé el comedor, las luces estaban encendidas. Olía a semen y a humedad. Vi de refilón a Goliat entrar con una sonrisa maliciosa en la cocina, donde también debía hallarse mi hermana.Descalzo y de puntillas me acerqué al interruptor de la luz hasta apagarla. Después me dirigí a ciegas hasta la puerta de la cocina. La puerta estaba cerrada, la abrí en silencio dejándola entornada. Tuve suerte de que el picaporte al girar no hiciese ruido.Mi hermana estaba lavándose en el fregadero, acumulando agua en las palmas de las manos y lanzándosela a la cara. Goliat se acercó a ella emulando a un depredador en la selva, a paso lento y paciente; cada paso estaba perfectamente calculado y le acercaba a su debilitada víctima.El gigante invitado no tardó en situarse a sus espaldas pillándola desprevenida, ella claramente se sobresaltó.— ¿Q-Que quieres ahora? —Le oí preguntar a mi hermana pues Goliat estaba en medio.— Mira como me has puesto…— ¿Yo?— Tú jugando con los gemelos.— Prometiste... —Las piernas de mi hermana, lo único que conseguía ver de ella, temblaban.— Yo no prometí nada. Hicimos una apuesta que, de ganarla, conseguirías que por la mañana te hiciese el desayuno. ¡Y has ganado! Felicidades.— Y-Y supongo que ahora es cuando me vas a dar tu premio… ¿Verdad?— Vas aprendiendo —Goliat le azotó el trasero a mi hermana, lo que me sorprendió ya que ella no era de las que se ...
... dejaba tratar de esa manera por nadie. Había visto mandar a gente al hospital por mucho menos. Edith era una máquina entrenada para matar, metafóricamente, claro—. Veo que ya ni siquiera te m*****as en resistirse.— ¿De que serviría? —preguntó mi hermana dándose la vuelta hacía él. Pude ver como temblaba.— ¿Y si te dijese que quiero correrme dentro?A Edith se le enfureció el semblante mientras lo apartaba de un empujón.— Ya te he dicho que no te vas a correr dentro —Mi hermana lo dejo claro. Sin embargo al estar desnuda, temblando y tartamudeando no servía para darle credibilidad a sus palabras.— Hagamos una apuesta. Eres toda una jugadora y te encanta el riesgo. ¿Verdad?Vi a mi hermana mirarle de nuevo con esa mirada desafiante y aquella sonrisa que ponía siempre que estaba segura de sí misma. En mi opinión esa era la actitud que la hacía más vulnerable: No saber cuándo rendirse, no saber cuándo retirarse.— ¿Qué apuesta? —Uno de los incontables defectos de Edith podía ser su curiosidad, su sed inagotable por el saber, por el preguntar. Se moría si no conseguía averiguar algo… Una pena que no hubiese estudiado periodismo.— Más que una apuesta será un juego —Mi allegada se cruzó de brazos mientras esperaba a que continuase—. ¿Tienes leche condensada? —Ella alzó una ceja mientras sonreía de forma insinuante.— ¿El juego trata de chupar o lamer?— No. ¿Tienes o no?— Tengo… Es uno de mis vicios favoritos.— ¡Genial! Entonces el juego te va a encantar… Además estoy seguro de que no ...