1. La Hermana Mayor que todos Compartimos


    Fecha: 20/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Interracial Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... conseguirás ganar… Como te encantan los retos.Ella comenzó a impacientarse, cruzó las piernas demostrando inseguridad.— ¿De qué trata? —inquirió dirigiéndose a la nevera y sacando un pote de leche condensada, delatando su interés.— Ponte a cuatro patas sobre la alfombra —Goliat señaló a la alfombra que se encontraba al lado de la nevera. Edith se mostró reticente a la hora de desobedecer, por lo que preguntó.— Ya te he dicho que a menos que me asegures que no te vas a correr dentro no haremos nada.El gigante la estudió con la mirada completamente serio y después miró el pote de leche condensada en su mano.— De eso se trata este juego… Esta apuesta —aclaró Goliat. Dejó el pote encima de la mesa y se colocó tras mi hermana, ella lo miraba de reojo pero le permitió abrazarla. Pude observar como las manos de él se posaban en sus caderas. Como ella se estremecía levemente al sentir su contacto. Como los labios de Goliat se posaban en su hombro e iban escalando hasta llegar a la oreja mientras las manos de este acariciaban el interior de los muslos de mi hermana. Ella se mordió el labio al escuchar lo que fuese que aquel cerdo le estuviese proponiendo.Un azote juguetón aterrizó en la nalga de mi prójima y ella, sorprendida, le agarró la mano apartándola de su culo.— ¿Y bien? ¿Te consideras capaz? —preguntó ese bastardo mientras acercaba de nuevo la mano y acariciaba algo que no conseguía ver desde mi perspectiva. ¿Le estaba acariciando la raja del trasero? Edith entrecerró los ...
    ... ojos y se volvió a morder los labios excitada.— No es justo —Se quejó mientras se dejaba acariciar—. Tengo todas las de perder.— Pase lo que pase no vas a perder. Vas a salir ganando, pero… Yo no puedo ni quiero obligarte —razonó con picardía Goliat, para después señalar de nuevo a la alfombra.— ¿Y que nos apostamos? —Ante el silencio de Goliat, ella miró hacia el techo pensativa. Tras unos segundos añadió: — Si gano yo te irás de esta casa y no volverás en todo el fin de semana.— Sí me apuesto tanto entonces no perderé. Y si gano podré quedarme todo el fin de semana para hacerte lo que quiera —Mi hermana no dijo nada, en silencio asintió. Goliat la agarró con cuidado del pelo y la condujo hasta la alfombra donde la colocó a veinte uñas—. Tenemos trato entonces.Goliat agarró el pote de leche condensada y lo colocó en el suelo, al lado de ellos.— Levanta el culito, pequeña. Tenemos que poner el horno a temperatura ambiente para poder calentar mi barra de pan… ¿No crees? —Mi hermana asintió y él estampó sus zarpas en su alzado trasero. Edith dejó escapar un quejido cuando Goliat le comenzó a apretujar las dos nalgas con fiereza. Desde mi ángulo podía ver el coño de mi hermana y su culito en pompa; como ese bestia separaba y juntaba las nalgas, como las presionaba como si fuesen pelotas de goma.Él bastardo de mi invitado se inclinó sobre su trasero y clavó los dientes en la nalga izquierda provocando el lamento de mi hermana; mientras le mordía un azote descendió en la nalga ...
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