1. La Hermana Mayor que todos Compartimos


    Fecha: 20/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Sexo Interracial Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... a mi madre? ¿Llamar a mi novio y contárselo todo? Con lo celoso que era… Además era capaz de venir aquí y dejar su trabajo y eso sí que le perjudicaría.— Creo que podemos llegar a un trato beneficioso para ambos.Esperé en silencio a que él propusiese lo que fuese que tenía en mente; miré la puerta de la cocina para asegurarme de que nadie escuchaba.— Dame ahora mismo tus bragas, las que llevas puestas —ordenó mientras una expresión de maldad se formaba en su oscuro rostro.— ¿E-Estas loco? —Balbuceé sorprendida, no me lo esperaba; me esperaba algo mucho peor, por suerte. Haciéndome la indignada como si eso fuese lo peor que me pudiese pedir—. ¡No pienso hacerlo!— O eso o voy a acecharte como un tiburón durante toda la noche hasta que asumas que eres para mí lo mismo que un cepillo de dientes o tus bragas; un mísero objeto.Asentí sumisa sin atreverme a arriesgarme a que cambiase de opinión y me exigiese algo peor.— Pero si hago esto no me pedirás nada similar en lo que queda de noche. ¡Prométemelo!— Te lo prometo —aseguró solemnemente Goliat, aunque yo sabía que no lo iba a cumplir.— Date la vuelta —ordené y el obedeció sin rechistar, yo me bajé los tejanos sin dejar de mirar su espalda. Me bajé los tejanos después de quitarme las sandalias. Me retiré las bragas y volví a colocarme los pantalones—. Aquí tienes —Él se dio la vuelta agarrándolas y, para mi sorpresa, hundiéndolas en su rostro oliendo mis jugos vaginales impresos en ellas. Estaba muy mojada y esas bragas eran la ...
    ... prueba.— No esperaba que te mojases tan rápido con tan poco. De verdad te está gustando todo esto, pues que sepas que solo es el principio —Me dijo poniéndose gallito, disfrutando de la humillación.— ¡No es eso! —negué ruborizada—. Antes estuve hablando con mi novio, por eso estoy así. ¡Y recuerda lo que me prometiste!— Te devolveré estas bragas cuando las haya impregnado con mi esencia.Puse los ojos en blanco y me di la vuelta para encaminarme hacia la puerta cuando noté como Goliat me agarraba de la muñeca impidiéndome avanzar.— ¿¡Que quieres ahora!?— ¿Te llamas Edith, no? —Me preguntó, yo asentí.— Hagamos una apuesta.— No —Me negué con decisión.— Sube ahora mismo a tu habitación y ponte una minifalda —propuso; eso no era una apuesta pero yo callé esperando a que terminase—, o unos leggins quitándote toda la ropa interior: las bragas y el sujetador —continuó tentándome a preguntar.— ¿Y sí lo hago? —Me hice la interesante, podía rechazarlo perfectamente si no me interesaba.— Pide algo.— No volverás a hacer daño a mi hermano; sé que lo maltratas.— Hecho —aceptó chocando sus palmas provocando un estruendo en la cocina—. Pero si pierdes…— Lo voy a hacer, así que no hace falta. Es un precio pequeño el pasearme en medias por la casa. Pero no olvides tu promesa —Al recordárselo se rio, no debía tramar nada bueno, seguramente la incumpliría.— Sí pierdes podré pedirte una cosa, lo que sea, estando tú obligada a cumplirlo. ¡Ah! Y No la olvido, tranquila —aseguró provocando mi sorpresa, ...
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