1. Mi nuevo compañero (Parte 2)


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Hetero Autor: afuentes, Fuente: CuentoRelatos

    ... problema. Una vez adentro me volví a poner la peluca y le dije:
    
    - Bájate el pantalón.
    
    - ¿Para qué?
    
    - Para darte tu premio.
    
    - ¿No te quieres vestir completa primero?
    
    - ¿Crees aguantar?
    
    - jajaja No.
    
    - Bájatelo. Voy por un vaso a la cocina.
    
    - ¿Para qué quieres el vaso?
    
    - Ya lo verás. Es sorpresa.
    
    No quise arruinar el maquillaje, yo también quería lucir lo más pulcra posible así que solo lo masturbé. Carlos ya la traía durísima, y con la calentura que se cargaba no tardaron sus espasmos previos a la eyaculación, cuando sentí que estaba por venirse tomé el vaso para que su semen cayera dentro de él.
    
    - ¿Ya ves mi rey? Ya traías la lechita a flor de piel.
    
    - Ya me estás conociendo.
    
    - ¿Para qué guardaste la leche?
    
    - Ya te dije que es sorpresa. En lo que te repones voy a vestirme papito, ahora si la princesa se tiene que transformar.
    
    En el camino a casa ya venía visualizando que ponerme, así que busqué una minifalda de mezclilla, los tacones rojos de la mañana para que hicieran juego con el labial, me puse una tanguita, un brasier que rellené con calcetas y una blusa escotada. Me miré al espejo, realmente lucía femenina, un look muy de putita, pero mi novio se lo merecía, me había dado unos de los mejores regalos de mi vida, así que era mi turno de pagarle.
    
    Bajé a la sala, pensé encontrar desnudo a mi novio, pero había vuelto a vestirse, él me vio muy complacido, me recorrió con su mirada de arriba a abajo y de abajo hacia arriba… yo ...
    ... coquetamente me di la vuelta y moví las nalgas como una perrita contenta.
    
    - Qué bien te ves!
    
    - A mí también me gusta.
    
    - Pensé que estábamos haciendo una pendejada, pero no te equivocaste.
    
    - Estaba muerta de miedo, pero era más la calentura. Estar contigo en el desayuno realmente quería atenderte, ser tu mujercita.
    
    - No te ofendas pero, te ves muy puta.
    
    - No me ofendo, yo pensé lo mismo. Además, soy tu puta.
    
    - Eso me gusta.
    
    - Pon música, sácame a bailar.
    
    Carlos buscó un CD y puso un poco de música romántica, nos abrazamos y más que bailar solo nos abrazamos y nos contoneábamos al compás de la música. No dijimos palabra por un buen rato, no hacía falta, éramos hombre y mujer.
    
    - Me gustas mucho Carlos.
    
    - Y tú a mi Karla. ¿Dónde habías estado escondida?
    
    - No lo sé, tú descubriste a Karla muy dentro de mí.
    
    Nos besamos y comencé a sentir las manos de mi hombre recorrer mis formas, yo acariciaba su pecho y frotaba su verga por sobre el pantalón. Carlos comenzó a acariciar mis nalgas, buscaba meter su mano por debajo de la minifalda para acariciarme directamente. Yo lo dejaba hacer, era mi deber complacerlo, había sido tan lindo, tan caballero, y además me gustaba sentirme deseada.
    
    Fuimos al sillón, desabroche su cinturón y su pantalón, metí la mano al bóxer y saqué su verga, que está de más decir que estaba dura. La chupé lentamente para no estropear el maquillaje, ya había aprendido a chupar la punta, succionar la cabeza, lamer el tronco hasta ...
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