1. Manuela (06)


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... unas copas, sobre el refrigerador están las botellas y dentro los refrescos. Voy a ducharme".
    
    Todavía hoy recuerdo como con trece o catorce años intentaba ver a mis tias, hermanas de mi madre, cuando iban a la ducha. Subía a un altillo situado sobre el cuarto de baño grande y por un agujero de las tablas del suelo podía ver la imagen desnuda reflejada en los dos grandes espejos de las paredes. Después me masturbaba como un loco. ¡Qué ganas me daban de subir a la planta de arriba y asomarme al baño!.
    
    ¿Telepatía o intuición?: "Luis, sube, quiero que veas algo".
    
    Algunas impresiones son peligrosas para el corazón, pero ver desnuda a Charo puede provocar infartos, derrames cerebrales, ceguera momentánea y, sobre todo, dolor de rabo y testículos por sobreexcitación. Indescriptible, un cuerpo perfecto propio de una estatua de medidas perfectas y morena piel caliente.
    
    "En la carta me dice Consuelo que no te deje escapar, que eres un tipo excelente y que tus gustos sexuales coinciden con los míos: usar todo el cuerpo, un poquito de dureza, algún insulto, posturas variadas, quizás algo de cuero, ... Cuando te he visto esta mañana estabas empalmado y esa bata corta no lo disimulaba muy bien. Desde entonces he sentido ganas de que estemos juntos. Me gustas y la charla de esta tarde me ha dado más ganas aún. ¿Lo hacemos?".
    
    Hay preguntas que no tienen contestación posible. Hemos hecho el amor (no he querido escribir follar, ¿por qué?) durante casi toda la noche, ahora ...
    ... estamos abrazados y tengo la misma sensación de urgencia y deseo que hace tres horas. Tengo ganas de Charo. Me gusta, me gusta, me gusta.
    
    Me giro hacia ella y beso su boca de labios gruesos rojos. Subo sobre su cuerpo agarrando y apretando esas dos colinas morenas y perfectas de pezones grandes, tiesos y duros que apuntan hacia el cielo. Penetro de un golpe seco su mojado sexo: cremosamente suave, estrecho y ajustado como un guante, caliente como un gel de lava, mullido y acogedor como un cojín de plumas. Maravilloso. Desde el primer polvo hemos congeniado en el ritmo, la presión, la fuerza y el movimiento propios del folleteo. Vamos, que estoy echando un quiqui de puta madre mientras Charo jadea, gime y me urge a seguir bombeando ("no pares; sigue, sigue con fuerza"). Se corre dando un grito ronco y corto que me llega al cerebro, al corazón y a la base de la columna vertebral, pues desde allí me sale la mayor y más larga lechada de mi vida. ¡Joder que corrida más estupenda!.
    
    Va a hacer cuatro meses que no aparezco por el trabajo. Mi jefe tiene ganas de que vuelva según los mensajes que deja en mi contestador y el jefe de personal me urge a que pida excedencia o me incorpore de manera regular o le deje en paz de una puñetera vez, según sus palabras.
    
    Desde hace dos meses Charo y yo vivimos juntos es su casa. Creo que me he enamorado y vivo como en una nube de felicidad y satisfacción sexual como nunca antes había conocido. Estoy como niño con zapatos nuevos (según Charo, ...