1. Un relato para ti


    Fecha: 15/04/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    Este relato va dedicado a esas mujeres casadas o con pareja que sé que me leen a espaldas de su marido o pareja.
    
    Había preparado concienzudamente su momento especial, el cuarto de baño se había convertido en su refugio, donde daba rienda suelta a su imaginación. Todo estaba listo, la bañera llena con el agua a la temperatura justa, la bomba de baño disolviéndose poco a poco, las velas encendidas dando el toque justo de luz.
    
    Mientras se quitaba la ropa, ¿rememoraba los relatos que había leído en la mañana, quien sería hoy? ¿Una ninfómana que desataría su necesidad carnal con el primer hombre que la saludase? ¿Una tímida jovencita descubriendo el sexo por primera vez? ¿Una mujer seducida por su mejor amigo?
    
    Un hormigueo recorrió su espalda al recordar este último relato, su cuerpo había decidido por ella.
    
    Se sumergió en la bañera, tras acomodarse, empapó una toallita en el agua y se cubrió los ojos. Mientras rememoraba el relato, sus manos recorrían su cuerpo, el aceite de la bomba de baño hacía su piel se erizase al sentir el contacto de sus dedos. Acarició sus pechos con una mano mientras la otra recorría su vientre. Imaginó ser ella la protagonista del relato, como si fuera su amigo, le susurraba al oído lo buena que estaba, que su cuerpo estaba hecho para pecar. Poco a poco, sus manos habían ido moviéndose a lo largo de su estómago camino del monte de venus. Sintió los temores de la protagonista, la reticencia a engañar a su marido, ese sentimiento de ...
    ... culpabilidad al descubrir como su cuerpo reaccionaba a las caricias, como se humedecía su sexo. El dedo corazón de su mano derecha había hallado su clítoris, lo presionaba suavemente alternando caricias a su alrededor. Evocando la rendición de la protagonista, dos dedos de su mano izquierda buscaron su boca, los lamió, los recorrió con la lengua imaginando que eran la polla del hombre, los introdujo en la boca y los chupo con ansía. Asió el teléfono de la ducha y dirigiendo el chorro de agua a su entrepierna pensó en como la protagonista era penetrada, como se había apoyado contra la mesa del salón ofreciendo su más íntimo tesoro al amigo de su esposo. Notó la llegada del orgasmo, su cuerpo convulsionaba al ritmo de las embestidas y se abandonó al placer.
    
    Tras permanecer diez minutos más en la bañera, dio por terminado su momento. Quitó el tapón y sintió como el agua, ya tibia, resbalaba por su cuerpo dejando una pequeña película de aceite en su piel. Se duchó sin prisa y tras secarse, se acicaló frente al espejo. Retiró la condensación de este y contempló su reflejo. No estaba mal, tenía 40 años y no tenía mal cuerpo. Cierto era que no se parecía a las protagonistas de los relatos donde todas eran casi perfectas, sus pechos estaban algo caídos, la edad no perdona, y le sobraban unos kilos (¿a quién no? pensó), alguna arruga surcaba su rostro, pero en conjunto, se veía atractiva.
    
    Ella, se dispuso a hacer la comida. Su esposo, del que estaba profundamente enamorada, no tardaría en ...
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