1. La amiga de mi amiga


    Fecha: 25/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... minifalda azul muy corta que dejaba ver sus esbeltas piernas y probablemente un poco más si llegaba a soplar algo de viento, porque la falda era plisada y se movía alegremente con su cuerpo. En la parte superior llevaba una blusa corta de color azul claro, que dejaba un espacio libre entre la cintura y el pecho, por donde se le veía su entonado abdomen. La blusa también dejaba al aire los hombros y se sostenía por un par de delgadas tiras. No era muy escotada, pero tampoco se le pegaba al cuerpo, por lo que sería muy fácil meter la mano por debajo. No se veían las tiras del sostén, por lo que probablamente no llevaría.
    
    Luego de darme un beso en los labios, Virginia retrocedió para presentarme a Lin. Entonces una diminuta muñeca china se acercó a mí. Debía medir apenas un metro y medio o un poco más. La piel muy blanca y el pelo muy negro, largo y muy liso. Llevaba un traje típico chino de color perla, cerrado hasta el cuello y largo hasta los tobillos. A pesar de que el traje era pegado, no se podían apreciar muchas “curvas”. Sí, tenía un poco de pecho y unas caderas moderadas, pero nada que ver con la voluptuosidad de Virginia. Y sin embargo Lin no se veía mal.
    
    -Armando- dijo Virginia -Te presento a Lin mi amiga de la que te hablé ayer-
    
    -Hola Lin, encantado en conocerte- le dije dándole la mano.
    
    Ella respondió dándome su mano blandamente y yo la apreté de forma suave. Una leve sonrisa se dibujó en su cara, pero no habló. Creo que estaba muy ...
    ... nerviosa.
    
    -Bueno, vámonos- dijo Virginia cerrando la puerta.
    
    -¿A dónde quieren ir?- pregunté.
    
    -No sé, decide tú. Preferiblemente lejos de la universidad. No quiero encontrarme con nadie conocido-
    
    -Jajaja. ¿No quieres que te vean conmigo? Jajaja-
    
    -Jajaja- se rió también Virginia restregando su cuerpo contra mí. Definitivamente no tenía brassier -No, obviamente a mí no me importa que te vean contigo, pero no sé si a Lin-
    
    -Yo no… yo…- tartamudeó Lin.
    
    -Oh, no se preocupen. Conozco un restaurant italiano muy rico y relativamente lejos-
    
    -¿Italiano? ¡Adoro la comida italiana!- dijo Virginia con una gran sonrisa mientras batía las manos. Lin simplemente afirmó con la cabeza.
    
    En el carro, Virginia se sentó adelante conmigo y Lin en el asiento de atrás. Por la siguiente media hora, el peso de la conversación la llevamos Virginia y yo. Si por alguna razón le preguntábamos a Lin por su opinión, ella respondía con monosílabos.
    
    Al llegar al restaurant, todavía no sabía bien cómo era la voz de Lin, pero pensé que quizás cuando se le pasara el miedo…
    
    Para beber nos decidimos por una botella de vino de la casa que estaba de lo mas accesible. Luego para comer, una ensalada capresa de entrada y dos pizzas para los tres. Con ese tamaño, seguramente Lin comería como un pajarito.
    
    Luego de que llegó el vino, brindamos y nos relajamos. Bueno, Lin se relajó más porque prácticamente se bebió su copa de un solo golpe. Un poco riesgoso, pensé porque con su metro y medio de altura y ...
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