El hombre de enfrente
Fecha: 01/05/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... niña pequeña me dijo
_ Tranquila no me diluiré en la lluvia…
Quizá fui una tonta al creer que alguien me acompañaría aunque sea por unas horas en esa lluvia, quizá ya había escuchado llegar a su esposa que lo espera enfrente y yo allí haciéndome la vulnerable solo por tenerlo un rato más conmigo, me sentí malvada, pero también me sentía muy sola esa mañana, necesitaba el calor de alguien… me miró fijamente, por un largo rato y me abrazó cálidamente…
_ Por qué tiemblas y lloras como si tuvieras frío… yo soy el que se mojó en la lluvia toda la noche, yo soy el que está sufriendo, ¿acaso lloras en mi lugar?
sentí como su humedad penetraba entre mi pijama y comenzaba a tocar mi piel, ya no quise decir nada, ya era muy tarde, estaba embrujada con sus tristes ojos como dagas doradas, me besó, era fuerte pero sensible, no pude parar su lengua entre mis labios, ese sabor a alcohol y cigarro el aroma a colonia con esa tenue sensación de que todo el entorno se desvanecía, mientras sus manos recorrían mi cintura sentía como la humedad se colaba entre mi ropa interior, sus manos entraron enseguida también, solté un gemido ahogado mientras sentía ese hormigueo cosquilludo que siente uno cuando se empieza a excitar, sus caricias dejaban un camino de ese hormigueo por toda mi piel.
No supe en qué momento se coló en mis bragas, sus dedos gruesos eran de un trabajador, pero se sentía tan bien que tocara mi clítoris con su dedo mientras lamía mis pezones, había caído en ...
... calidad de juguete, no me atrevía siquiera a pensar que era un hombre casado, solo queríamos compañía esa era la única razón, y a pesar de todo eso, no fue nada frívolo, me trató con tanto cuidado como lo hubiera hecho con la mujer que amaba.
se desnudó y me puso sobre él sentado en el sofá, sin mayores problemas supe lo que deseaba de mí, me acomode para comenzar a cabalgar, era cálido y palpitante sentirlo así estaba lleno de vida, podía ver cómo sus pupilas se dilataban entre más me movía sobre él y cómo su respiración se convertía en un gemido junto con el mío, hasta que no pudo mas y me tiró al sofá, tenía la verga grande, de esas que pueden llegar a dar miedo si no sabes cómo se sienten, me hizo levantar la piernas hasta que no pude más, casi podía besar mis rodillas, el ambiente subió de tono cuando no pude moverme más en ese postura, y comenzó a embestirme con toda su fuerza, podía ver su excitación al igual que su despecho, pero no le ví nada de malo, cualquier precio posterior valía la pena pagarlo por desahogar toda mi soledad en ese momento de gloria, no sabía que ya estaba sudando y gimiendo como nunca, cada embestida dejaba caer todo su peso sobre mí, y lograba hacer que mis gemidos parecieran gritos de placer, podía sentir toda la humedad, todo su sudor todo lo mío y lo suyo ya eran una sola humedad, no quería nada más que sentirlo terminar dentro de mí, apenas pude librar mis brazos de su prisión puede alcanzar su nuca para aferrarme a él como si por eso fuera a ...