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¡sorpresa!
Fecha: 02/05/2022, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... peligroso juego. Me di la vuelta para preguntar qué estaba haciendo, pero tomó mi cabello y metió su lengua en mi boca. Fue imposible que pudiera articular ni media palabra. Muriel fue recorriendo mis labios suavemente. En ese momento perdí completamente el control y empecé a acariciar su cuello para llegar a sus pechos. Noté bajo la blusa la dureza de sus pezones demostrando lo excitada que se encontraba en ese momento. -¡Oh Dios!- susurraba bajito- ¡este es un sueño, Fabiola! No sabes cuantas veces imaginé un momento como este. No sabes cuánto te extrañé, ¡me calientas tanto que pierdo la cabeza!- . Desabotone temblando su blusa y metí la boca y mi nariz entre sus pechos percibiendo ese inconfundible perfume que creía haber olvidado. Ese aroma llegó directamente al corazón haciéndome perder completamente la razón. Sin pensar, subí su falda y metí mis dedos bajo su pantaleta. Un suspiro profundo hizo que siguiera aún más allá logrando llegar a su clítoris. Conocía todos sus rincones secretos. Sabía lo que le gustaba. Suavemente con la punta de mis dedos, moviéndolos circularmente mezclándose con su humedad jugaban en ella haciéndola gemir de placer. Fue entonces cuando me hizo sentar sobre el mueble del lavamanos y de rodillas comenzó a morder la parte interior de los muslos hasta llegar a mi vagina. Me tomó por las caderas e hizo a un lado el calzón para rozar con la punta de su lengua mi clítoris. No pude contener el quejido que salió de mi boca. Ella ...
... salió sonriendo con la boca humedecida de entre mis piernas y me hizo el gesto de silencio con el dedo índice en la boca. Y volvió más decidida. Su lengua y sus dedos entraban y salían de mi vagina con inusitada energía. -¡Por favor Muriel, no pares! por favor, no pares - susurraba casi sin aliento. Se levantó de improviso e hizo que metiera mis dedos en su vagina. Ella tenía los suyos en la mía. Frente a frente, mordiéndonos los labios, cruzando nuestras lenguas nos masturbábamos enloquecidas por el deseo. Hasta que sentí como su vagina se contraía al igual que la mía una y otra vez. Temblado e intentando mantener el equilibrio nos fundimos en un orgasmo que nos dejó cansadas y en silencio. Perdí totalmente la noción del tiempo. Ignoraba cuanto había transcurrido desde que me había levantado de la mesa. Pero estaba segura que era el suficiente para que Andrés se comenzara a inquietar. Nos arreglándome la ropa y decidimos salir juntas del baño. Llegamos a la mesa mientras Andrés y Mari Pili conversaban animadamente. Cuando nos vio venir, clavó detenidamente su mirada en mis ojos y luego en los de Muriel. Cabizbajo miró al suelo meneando negativamente la cabeza. -¡Llegué a pensé que se habían fugado juntas!- Exclamó Mari Pili al vernos llegar medio en broma, medio en serio mientras nos escrutaba detenidamente con la mirada. -¡Nnnno… que cosas se te ocurren! - respondí sonrojándome – Estábamos poniéndonos al día, nada más – decía mientras me acomodaba ...