Como el confinamiento cambió m vida sexual (II)
Fecha: 02/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: AnaSur, Fuente: CuentoRelatos
... momentos mis gemidos ya no eran ahogados, gemía sin temor a que nadie me oyera.
-No puedo más…
El flexiono sus rodillas para ponerme su polla sobre mis muslos desnudos.
-¿Te gusta mi polla, señorita? Quiero que te folles el coño mientras notas mi polla entre tus muslos.
Obedecí, metí tres dedos en mi coño ida completamente por el placer que me producía aquel animal. Noté como se sacó la polla de las mallas y me la metía entre los muslos.
-Ve voy a correr en tus bragas cabrona…
Tuve que sacar mis dedos al notar como el flujo salía disparado de mi coño. Jamás había experimentado la sensación de estar meándome mientras me corría e intenté evitarlo, pero él se dio cuenta, me volteó poniéndome frente a él y mientras me besaba el cuello su mano accedió a mi coño. Tensé los muslos preparándome para recibir sus dedos, pero por el contrario empezó a lanzarme suaves sacudidas de sus dedos contra mi clítoris. Creía que me desmayaba de placer, cada sacudida de sus dedos contra mi clítoris hinchado era un látigo de placer. Me apoyé sobre tu cuello, dejando caer todo mi peso sobre su mano. Su lengua caliente recorría mi cuello, abriendo la boca y mordiendo mi piel.
-Joder así, así, no pares por favor no pares…
De nuevo otro chorro de fluido cayó sobre su mano y otro y otro… Mi cuerpo se convulsionaba a cada chorro que salía por mi coño.
-Dios ...
... que rica estás zorra.
Su voz cambió, con su otra mano se estaba pajeando y no pudo aguantar ver como me corría sobre su mano. Acerqué mi mano hasta su polla y la agarré con decisión.
-Deja que te ayude eso es. Quiero que te corras encima de mí joder.
Llevó su cabeza a mis tetas, totalmente fuera de mi camiseta y mientras le pajeaba me devoró las tetas. Menos mal que no tardó mucho en echar el primer chorro de semen contra mi vientre, pues sentía que casi me las iba a arrancar. Cuando sentí ese primer chorro apreté más su piel hasta el fondo unos segundos y después aceleré haciendo que un segundo, tercer, cuarto y hasta quinto chorro de semen bañaran mi vientre mientras él gruñía entre mis tetas…
No sé cuantos segundos o minutos pasaron, solo recuerdo, subirme rápidamente los vaqueros, agarrar la carta del suelo y salir del ascensor. Miré hacia atrás y lo pude ver, no había sido consciente hasta entonces, pero ahí de pie, con las mallas bajadas, el vecino me ofrecía la visión de una polla verdaderamente gruesa. Sonreía maliciosamente. Salí corriendo entrando en casa. Para mi alegría mis padres estaban en el salón así que subí las escaleras y me metí en mi habitación aún sin poder recobrar el aliento…
Espero que os haya gustado esta segunda parte que se ha hecho de rogar.
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