1. No pude aguantarme con este feo


    Fecha: 04/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: cata, Fuente: CuentoRelatos

    Soy chilena y tengo 24 años de edad. Mido 1,68 m. Pelo castaño claro y ojos verdes. Tengo una bonita figura, unos senos medianos y un trasero más bien generoso. Aunque siempre he creído que lo que más les gusta a los hombres es mi rostro de niña.
    
    La historia que les voy a contar ocurrió hace unos meses atrás. En verano me encontraba trabajando como part-time en una tienda deportiva en un mall de mi ciudad. Corría el periodo de vacaciones en mi universidad, donde estudio una carrera del área de la salud. Yo necesitaba juntar algo de dinero y también distraerme. Por lo que decidí trabajar. Con mi novio habíamos cumplido casi dos años juntos y la relación era buena, aunque había perdido algo del entusiasmo inicial. Pero Alan todavía me resultaba muy atractivo y además de ser cariñoso me satisfacía completamente en la cama.
    
    Yo todavía vivo con mi familia, pero Alan ocupaba un departamento que le habían comprado sus padres cerca de la universidad. Él estudia Ingeniería. Después de mi trabajo, a menudo, me iba a quedar con mi novio y teníamos sexo regularmente. A mí me encanta chupar el pene de Alan por un buen rato y enseguida desnudarme y ponerme en cuatro, presentándole todo mi trasero y vagina, para que él disponga de mí como quiera. Una vez que lo siento dentro de mí, me pongo muy loquita y comienzo a gemir como una putita, sin ni siquiera darme cuenta de ello.
    
    En mi trabajo el tiempo pasaba rápido. Muchas personas entraban y salían de la tienda todo el tiempo. ...
    ... Hombres muy guapos y mujeres estupendas. Pero mi atención estaba en desempeñar bien mi labor de ventas. En el local todos habían sido muy amables conmigo en estas dos semanas en que llevaba trabajando: Mi jefa, compañeras y compañeros.
    
    Entre estos había un hombre de unos 40 años de edad llamado Felipe. No era especialmente atractivo, ni tampoco tenía una personalidad avasalladora que llamara la atención de todos. Pero siempre estaba cerca para apoyarme y enseñarme algún procedimiento que yo no supiera. El atractivo que Felipe tenía era su voz. Una voz profunda y pausada que yo no sé por qué me provocaba unas cosquillas en mi garganta cuando lo oía hablarme. Poco a poco, en cualquier momento libre nos poníamos a conversar sobre cualquier asunto. La verdad, es que yo no lo miraba como nada más que un amigo, algo mayor, que era agradable conmigo… y que me provocaba unas cosquillas para nada sexuales.
    
    Cierto día durante un turno de la tarde, Felipe me preguntó si me apetecía ir con él a beber alguna cerveza y comer algo en un local que estaba en un servicentro cerca de allí. Le dije que lo pensaría. Y efectivamente lo pensé. Mi novio no estaría en su departamento hoy pues debía acompañar a sus padres a la casa de mi cuñada. Además, una cerveza en un local de mala muerte, en un servicentro, era mucho mejor para mí, pues con seguridad no me encontraría a nadie conocido allí. Hoy estaba aburrida. Bueno, voy un rato, pensé, conversamos y ya me voy a mi casa en un Uber. No tiene nada ...
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