En su casa, a escondidas - Relatos Eróticos

En su casa, a escondidas

... puede bañarte allí

No me pareció mala la idea, entré con ella a la habitación, ella se acercó a mi y tocó mi pene, notando la erección:

-Parece que hay algo que resolver

Me dijo mientras desabrochaba mi pantalón, comenzó a chuparlo, de repente se puso en pie y comenzamos a besarnos, continuando lo que dejamos pendiente en el taxi.

Fuimos a la cama, la acosté boca arriba, levante su vestido y comencé a lamer su mojada vagina mientras metía mis dedos, ella no dejaba de gemir pero de una manera silenciosa para que nadie se diera cuenta, al rato comenzamos a coger, yo estaba sobre ella metiendo y sacando mi pene, primero lento y luego rápido, ella casi no podía aguantar las ganas de gritar, colocaba su almohada sobre su cara, luego la voltee y la puse en posición de perrito, le acariciaba con mi pene su ano y su vagina, y en un movimiento repentino se lo metí hasta el fondo, no pudo aguantar y dio un pequeño grito, yo la seguía cogiendo, metiendo y sacando mi pene rápidamente, comenzó a decirme

-No lo saques, sigue, sigue ya casi ya casi ah ah aaahhh

Lanzó un grito y por cuarta vez el mismo día lanzo un squirt empapando toda la cama, ella calló sobre la cama y yo a su lado, ya agotados de tanto coger, me dijo que aprovechara a ducharme en su baño mientras ella arreglaba y limpiaba todo, luego bajamos a cenar.

Llegada la hora de dormir me acomodó el sofá para dormir allí, antes de irse a dormir se percató de que no hubiera nadie más y me dio un beso, dejó una nota sobre la mesa que decía:

-Nos vemos en unas horas.