Una deuda pendiente
Fecha: 06/05/2022,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... lo diga, preguntó? La verdad, no, contesté. Ya estamos mayorcitos para saber qué quiere cada uno. Eso sería un asunto entre ustedes dos, aunque no sé de dónde surge el interés, precisamente ahora. Y si algo pasara a mis espaldas, ya sería un asunto entre ella y yo. Ciertamente me disgustaría que aquello se diera a escondidas, no tanto por usted sino por ella y nuestra relación. Estoy seguro que, si algo se da, ella me lo diría. Ya tenemos experiencia previa cuando ella se encapricha con alguien y está dispuesta a llevarlo a la cama, así que no encontraría razón para que esta vez fuera diferente. ¡No! dijo él. Para tranquilidad mía, yo le prometo que lo mantendré informado.
No es que esto se haya vuelto una obsesión y esté enloquecido por ganarme sus favores, continuó, pero, si se dan las cosas y existe alguna posibilidad, yo le confieso que me gustaría intentarlo. Ella me atrae, usted lo sabe, y hemos compartido experiencias en el pasado que pudieran facilitar y dar vía libre a esa aventura, pero, bien pudiera no pasar nada. Y si así fuera, al menos quedo con la certeza de que lo intenté y no me quedo con la incertidumbre de saber qué hubiera pasado, si es que acaso no lo intento.
Siendo más jovencitos tuvimos el deseo, pero no nos dimos esa oportunidad. ¿Qué pasará si lo intentamos ahora? Bueno, no estoy enterado de qué situaciones se dieron en el pasado y cuál es la deuda pendiente entre ustedes. Por mí no hay inconveniente, repliqué, pero, si algo hubo en el ...
... pasado, no quisiera ser yo el último en saberlo ahora. Tenga la certeza de que nada hubo, comentó él, pero tuvimos mucha confianza y creo que hubo cosas que no nos dijimos y dejamos de vivir en su momento, y es por eso que ahora sí quisiera intentarlo.
Después de dicho aquello, aparentemente, nada pasó. Compartimos varias veces, y ellos, en mi ausencia, tuvieron la oportunidad de estar a solas otras tantas veces, y al parecer las cosas no avanzaban en el sentido en que él quería. Hasta que un día apareció creado un grupo de whatsapp denominado “A la conquista del sueño prohibido”, cuyos miembros éramos Edgar y yo. El primer mensaje que recibo, mientras me encontraba fuera de la ciudad, decía: “Primer acercamiento”. Venía acompañado por una fotografía donde se les veía a ellos dos, sentados en una mesa de un conocido restaurante. Con cautela, respondí. Paso a paso… Y respondió: Eso intento. No me quiero dejar llevar por la ansiedad.
Y ese mismo día, más tarde, recibí otro mensaje que decía: “Todavía hay confianza”. Venía acompañado por otra fotografía donde se le veía a él pasando su brazo por detrás de la espalda de mi mujer, al parecer muy a gusto ambos. Y comentaba: Estamos recordando lo que vivimos en Alemania. Se acuerda bien y con detalle.
Luego otro mensaje, más tarde, decía: “Hay que ir muy despacio”. De pronto es muy evidente que me quiero acostar con ella. Es la idea, pero no quiero arruinar la posibilidad. ¿Qué paso? Pregunté e aquella ocasión. Tal vez dije algo ...