1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima quinta parte)


    Fecha: 09/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... electrifica ante otro que le excita, aunque la mente piense que eso está mal y solo pide algo diferente de vez en cuando. ¡Disfrutar! Anda nene, que de emociones nuevas u olvidadas, estancadas o utopías omitidas, está plagado este mundo, sin que tú razonado amor, se vea perjudicado finalmente en lo que siente tu corazón. Calmaste las ganas, yo lo disfrute y si tu esposa lo hizo con él, no pasa nada. O es que tú piensas abandonarla, dejar a tus hijos y proponerte… ¿Vivir junto a mí?
    
    —Obviamente que no Pao. De eso estoy seguro, el problema no soy yo ni mis sentimientos, las preguntas correctas serian sí con ese jefecito, Silvia vivirá mejor y si tú estarías dispuesta a dejar lo tuyo con tu novio para ennoviarte con un tipo como yo.
    
    —A mí puedes llegar a quererme mucho y se bien cuanto te encanto, pero a Silvia tú, mi «Rolito precioso»… ¡A ella la continuas amando! Y eso mi «Cachaquito» hermoso, le puede estar sucediendo a ella también. Ustedes dos ya tiene algo construido, y ajá, acabarlo todo por un puto polvo, «Rolito» precioso, eso sí estaría mal. Piensa que solo fue eso y nada más. Bueno, regular o malo, eso le toca a ella evaluarlo. Aunque quizás si la llegas a ver muy cambiada emocionalmente, o a ti mismo, pensando más en mí que en tu mujer, no lo dudes ni por un segundo… ¡El amor entre ustedes dos, no ha sido suficiente! Y entonces lo mejor sería…
    
    —¡Cárdenasss! ¡Señorita Torres! En la noche pueden terminar de hacerse el manicure y si quieren hasta los rulitos ...
    ... también. ¡Menos chisme y más trabajo! Qué los clientes no cuelgan de los árboles.
    
    ¡Mierda! ¿Y mi café?
    
    …
    
    Vaya comienzo de semana, después de tanta felicidad, lejana a kilómetros de distancia, regresaba a la oficina seguramente para ser objeto de mil preguntas de parte de mis compañeras y…
    
    —Silvia, tesoro ¡Bienvenida! Pero ni idea donde te vas a poder acomodar. —Fueron las palabras de pláceme con las que me acogieron mis cariñosas compañeras a mi llegada a la oficina.
    
    Y mientras recibía el cariñoso abrazo de Amanda, dos ósculos afectuosos en mis mejillas por parte de Magdalena y la sonrisa honesta acompañada por un suave palmear de las manos de la señora Dolores, giré mi cabeza en dirección al lugar usual de mis ocupaciones laborales y…
    
    —¡Dios mío! ¿Y esto que fue? —Les pregunté pasmada.
    
    —No lo sé corazón, pero de continuar esto así, vas a tener que montar un puesto callejero en las cercanías de Cibeles. —Me respondió sonriente Magdalena.
    
    Doce frescas rosas amarillas y de tallo corto sobresaliendo de un liso y ancho jarrón blanco, ubicado a la derecha por una parte, Lirios de pálido rosa y Gerberas blancas, mezcladas con hojas verdes dentro de un bello florero de cristal ámbar en el centro de mi escritorio, expresándome con ellas un silencioso… ¡Lo siento! Y encima del archivador, al costado del retrato, tres girasoles amarillos, dos naranjas y varias margaritas blancas, dentro de un jarrón de vidrio transparente y de boca ancha, no dejaban lugar a dudas ...
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