1. Esta noche es Nochebuena (Segunda parte)


    Fecha: 11/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... problema, al contrario, el placer era mayor y el contacto de la polla con su clítoris le provocaba sensaciones extraordinariamente placenteras. Berto se agarró a las nalgas mientras ella saltaba sobre su miembro con vehemencia. Echó un poco las piernas hacia atrás con la intención de que su clítoris tuviese un mayor rozamiento en busca del clímax y Berto deslizó un dedo en el pequeño, pero dilatado agujero de su ano para incrementar el placer de Ana, y después de diez segundos, ella tuvo un glorioso orgasmo que competía, e incluso superaba a los que le proporcionó el vikingo. El dedo seguía incursionando en su ano y la polla continuaba pistoneando en el coño de Ana, mientras ésta se abandonaba a un placer impúdico, pero que en esos momentos poco le importaba. Solamente le interesaba el deleite que el entrenador le estaba suministrando con cada pollazo.
    
    Los indómitos movimientos de cadera de Ana condujeron al dueño del gimnasio a su clímax entre convulsiones de uno y otro, en un intercambio de placeres y gritos por ambas partes. Ana notaba como la leche golpeaba en sus entrañas y eso se traducía en un placer añadido. Nunca había experimentado la sensación del semen golpear en las paredes de su útero y ante aquel goce inigualable, se abandonó al impulso de besar a aquel hombre como si fuera el hombre de su vida, el que la colmaba de felicidad, y sobre todo, destacando aquel encuentro como algo verdaderamente entrañable, como si aquella vivencia hubiese sido una idílica ...
    ... noche de sexo en una paradisíaca playa con la persona amada.
    
    Después de la contienda ambos se quedaron un minuto el uno sobre el otro sin moverse recuperando el resuello. Seguidamente se vistieron apresuradamente para camuflar la hazaña.
    
    —¿Te ha gustado? —le preguntó Berto.
    
    —Mucho, —tuvo que admitir. Tanto que ahora tenía muchas dudas de futuro con su novio. Su sexualidad parecía haberse estimulado con las recientes vivencias junto aquellos dos hombres, y eso era un hecho irrefutable. Quería a su novio, pero el morbo, la novedad y el placer que había experimentado hicieron tambalear los cimientos de su relación. ¿Por qué tenía que ceñirse a un solo hombre que hasta el momento no le había hecho sombra a aquellos dos sementales?
    
    Todos esos planteamientos de futuro la acompañaron de camino a casa mientras conducía, preguntándose qué quería realmente, cuando una llamada desconocida la sacó de su abstracción.
    
    —¿Diga?
    
    —Soy Berto.
    
    —¿Por qué tienes mi número? —preguntó perpleja.
    
    —Tengo tu ficha ¿recuerdas?
    
    —Es cierto.
    
    —Quería proponerte algo.
    
    —¡Dime!
    
    —Tengo una reserva de dos noches para Noche Vieja en un hotel en Sierra Nevada. He pensado en ti. ¿Qué me dices?
    
    Si albergaba alguna duda con respecto a su relación, se disipó con aquella irrechazable propuesta. En ese momento Ana se dio cuenta de que deseaba vivir y disfrutar su vida, y estableció unas prioridades en las que su novio no aparecía: sus estudios, su entrenamiento, sus amistades, y sobre ...
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