Follada por un vagabundo
Fecha: 21/05/2022,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... prostitución. Al principio no quería aceptar, pero finalmente no me quedó más remedio.
La primera noche que volví al parque, no tardé mucho en encontrar a un cliente, y simplemente me pagó una cantidad aceptable por hacerle una felación.
Al llegar a casa, todo eran caras serías. Yo no me atrevía a hablar, y él me miraba con una mezcla de enfado, y signos de haber llorado. Tras la cena, y acostar al bebé, se hizo el silencia, hasta que el me preguntó.
-¿Has conseguido dinero?
-Sí -Le repliqué, tras lo cual dejé sobre la mesa el dinero que aquel hombre me había dado. Él lo cogió y lo guardo en su bolsillo.
Pasó un tiempo en silencio hasta que volvió a preguntarme:
-¿Y qué le has hecho?
-No voy a decírtelo -Tras esto me levanté, pero él me siguió y abrazó por detrás, y agarrando fuertemente mis pechos me gritó:
-Que me lo digas!
Tras tragar saliva le contesté:
-Se la he chupado.
Volvió a hacerse el silencio, tras lo cual el me llevó al salón y volvió a penetrarme.
Pasaron los días, y a menudo salía a realizar mis ...
... trabajos, ya que aún no había reunido suficiente dinero para mantenerme un tiempo. La comunicación entre ambos se había roto, y dejamos de mantener relaciones sexuales. Hasta que llegó el día en el que nuestra relación se rompería de manera final.
Una noche, al llegar a casa, él había bebido algo, no demasiado, pero nada más entrar me agarró por detrás y me puso contra la pared.
-¿Qué has hecho puta? -Me gritó a la vez que me bajaba la falda que llevaba y tiró de mi tanga hasta romperlo.
-Te ha follado el culo? -Gritó de nuevo separándome los glúteos y metiendo su dedo pulgar en mi ano.
-No -Contesté yo a pesar de saber que sí lo había hecho.
Tras esto, bajó sus pantalones y bruscamente me penetró analmente, comenzando a embestirme.
-Eres una puta, una zorra -Decía a la vez que seguía embistiendo. Yo comencé a llorar y el bebé, que escuchaba los gritos, comenzó a llorar también, lo cual hizo que yo llorase más. Finalmente terminó eyaculando dentro de mí, tras lo cual se fue de la casa dando un fuerte portazo.
No volví a saber nada más de él.