1. sonia y su familia 3 morbo en la playa nudista


    Fecha: 07/06/2018, Categorías: Incesto Autor: luismendoza, Fuente: SexoSinTabues

    ... pequeña Sonia se colocaba a horcajadas encima de su padre, que restaba boca abajo, y le ponía tiernamente la crema por la espalda. En esta posición, Carlos podía sentir la rajita de su hija, ligeramente abierta, en contacto con su trasero; y eso le provocaba erecciones que disimulaba por el hecho de encontrarse boca abajo. Cuando se daba la vuelta, su hija le masajeaba todo su cuerpo. Aún recuerda la primera vez que lo hizo, al llegar a su miembro, le preguntó tímidamente: "Aquí también, papá". Su padre, tremendamente excitado, pero manteniendo su polla morcillona, le contestó: "Sí hija, sí". El contacto de la mano de su hija con su caliente rabo, acompañado por el movimiento que hacía arriba y abajo para aplicarle la crema, le puso a mil y le provocó una erección de caballo que disimuló echándose de nuevo boca abajo. La misma operación repitió Sonia con su hermano y con su abuelo. La otra gente que se dio cuenta no podía evitar mirar el espectáculo, aunque de forma disimulada. Habían chicos de la edad de Sonia que miraban embobados lo que sucedía; y padres de familia que a pesar de todo, se habían excitado viendo la familia de Sonia. Y es que ver a la joven Sonia yendo hacia al agua, cogida de la mano de su abuelo, cuyo pollón se balanceaba poderosamente, no pasaba desapercibido, especialmente por las mujeres, y que a pesar de estar flácida resultaba ser más gruesa que los delgados brazos de su nieta, despertaba en varias personas sus deseos sexuales más profundos. Los ...
    ... tres hombres de Sonia también se fijaban en las demás chicas desnudas que podían observar ahí, sobretodo si estaban en familia. La pequeña Sonia tampoco no dejaba la oportunidad de dejar de contemplar otros penes aparte de los tres de su familia que tan bien conocía. En ocasiones, jugando por la arena de la playa, se había topado con algún amigo de su padre o algún compañero suyo de clase, y no tenía reparos en dirigir su mirada a sus reposadas pollas simplemente porqué le gustaba y quería verlas. A ella no le importaba ni le molestaba que la vieran desnuda y la miraran detenidamente su coñito; y por ese motivo, creía que a las demás personas no les importaría si ella les escaneara sus cuerpos con sus brillantes ojos. Es más, si de ella dependiera, le gustaría tocarlas y ponerlas duras para ver como son en estado de erección; pero no con el fin de calentarles o excitarse ella misma, era más inocente que todo eso; sino con el simple fin de ver sus pollas tiesas, ya que ella había crecido en un ambiente donde le era sumamente común ver rabos empalmados. Pero, a pesar de todo, sabía lo que debía y no debía hacer. Sólo había otra persona, aparte de su familia cercana, con la que había intentado verle la polla tiesa: su primo Andrés, de 16 años. En alguna ocasión les acompañaba a las playas nudistas, ya que era de su gusto también exhibirse públicamente. Andrés era conocedor, debido a un interés y una curiosidad natural, de los atributos del hermano de Sonia, de su padre y de su ...
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