1. Tacones de altura


    Fecha: 30/05/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mi esposa hace casi un año. - añade cerrando los ojos unos segundos.
    
    El hecho de saber que hace mucho que no tiene ningún tipo de relación me hace pensar que me durará aún menos de lo previsto, pues soy buena mamadora, pero es que ahora, antes de empezar ya le tengo a punto de caramelo, en cuando me meta su polla en la boca va a explotar. Me temo que voy a hacer récord del mundo.
    
    - Pero ella es agua pasada, ahora tengo delante a una mujer de verdad, un bomboncito que me va a hacer feliz con mi sueño, esa fantasía incumplida. - añade.
    
    - ¿Cuál es?
    
    - Pues que una mujer tan bonita como tú me la chupe desnuda con sus tacones puestos. Mi mujer nunca quiso regalarme eso. Es mi fantasía más anhelada.
    
    Entiendo que debe ser algo recurrente en más hombres pues a mi esposo también le pone mucho y además hoy que le he prometido quedarme en tacones y que desflore mi culito.
    
    - Pues ahora estás viviéndolo realmente y espero que cumplas tu palabra y me lleves a casa después.
    
    - ¡Claro, preciosa!, confía en mí.
    
    - Venga, sácatela y te la chupo. - le apremio.
    
    - Espera, preciosura, es que nunca he tenido una diosa como tú en mi taxi y mucho menos desnuda Es mi sueño, déjame admirarte. - añade mirando detenidamente mis tetas, mi cintura, mis caderas, mis muslos, mi chochito y después su vista se pierde en mis pies.
    
    - ¡Dios, qué maravilla!
    
    - ¿Eres fetichista de tacones…? - Eso os pone mucho a los tíos.- le digo.
    
    - Dios, nena, eres un pecado andante y desnuda eres ...
    ... más que un sueño.
    
    - No te vayas a correr con solo mirarme. - añado volviendo a agarrar mis tetas y estrujarlas entre mis dedos delante de sus narices, más desafiante todavía.
    
    - Tranquila que tengo aguante. Pero verte así es tan alucinante. Nunca he visto nada igual, ni tan siquiera mi ex-mujer era de juegos y a ti veo que te gusta jugar.
    
    - Pues venga, sácate eso que pagaré mi parte y terminamos el juego. - le respondo siguiéndole la corriente...
    
    En el fondo no es que quiera acabar cuanto antes, porque tengo que reconocer que estoy deseando ver esa polla de una vez y es que ya he visto que esos zapatos de tacón no solo hacen efecto en los hombres, sino también en mí.
    
    Me pongo de rodillas en el asiento dispuesta a recibir el miembro de ese hombre. Vuelve a mirar mi cuerpo desnudo y al fin se quita esa última prenda. Me quedo sorprendida por el tamaño de su polla. Es grandiosa, sobre todo muy gruesa y llena de venas.
    
    - ¡Uf, qué gorda es! - digo alucinada.
    
    - Pues es toda para ti, preciosa.
    
    Puedo notar un cosquilleo en mi sexo, cuando debería estar furiosa por atender al extraño pago que me obliga a hacer este taxista, sin embargo el hecho de provocar esa excitación en él, me hace estar a mí muy cachonda. Y claro, una polla es una polla y esta es especialmente hermosa.
    
    El tipo se acomoda en el asiento y se desabotona su camisa, dejando a la vista su cuerpo desnudo y una considerable barriga, supongo que producto de muchas horas de taxi, pero esa polla es ...
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