1. La noche, la luna, un velero y una bella mujer


    Fecha: 02/06/2022, Categorías: Hetero Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... día.
    
    Leti: Bueno, ahora sí, no te molesto más, que tengas una buena travesía.
    
    Yo: Gracias, nos vemos otro día.
    
    Me quedé mirándola, su silueta se alejaba lentamente, como vino. Su andar era claramente de modelo, de mujer acostumbrada a desfilar tanto que se había convertido en su paso usual.
    
    Pasé por el súper, compré todo, fui al departamento preparé el bolso de ropa y me fui a dormir. Eran las 7 cuando me desperté, terminé de cargar todo en el auto y fui al club. Cargué en un carro todo y fui para el barco.
    
    A lo lejos vi que alguien estaba sentado en la amarra. Cuando me acercaba descubrí que era Leti.
    
    Leti: Hola Mariano, buen día
    
    Yo: hola, como estás, vas a salir a navegar?
    
    Leti: bueno, si me invitas…
    
    Yo: cómo?
    
    Leti: que si me invitas voy con vos
    
    Yo: pero, no entiendo, recién nos conocemos, que confianza que tenés para meterte al mar con alguien que no conoces.
    
    Leti: si, pero eso no importa, importa si querés que te acompañe
    
    Yo: es que yo pensaba salir solo, para limpiar mi cabeza. Y además la comida y bebida que traje es para uno solo.
    
    Leti: por eso no te preocupes, soy de comer muy poco y además traje tres barritas energéticas, y seis cervezas en una heladerita, ves?
    
    Yo: veo. No sé, realmente no sé, no te conozco, y no quiero problemas.
    
    Leti: bueno, entiendo. Lástima. Pedro, tu amigo, me lo había dicho que no ibas a querer
    
    Yo: lo conoces a Pedro?
    
    Leti: si, es mi cuñado. Le conté mi idea y él me dijo que vos no ibas a ...
    ... querer.
    
    Yo: hacemos una cosa, vamos, pero si no nos llevamos bien, en Puerto Mar, te bajas y volvés por las tuyas.
    
    Leti: ah, pensé que me ibas a tirar al agua.
    
    Yo: eso si te pones muy pesada, jajajaja, dale subí.
    
    Con un poco de ayuda de su parte, terminamos de armar y zarpamos. Pronto dejamos de ver la ciudad. Como mi velero tiene un camarote solo, nuestros bolsos los pusimos ahí.
    
    Leti: te molesta si me pongo la malla, y de paso traigo protector solar?
    
    Yo: dale tranquila, que después me cambio yo.
    
    Cuando volvió tenía una bikini de las más diminutas.
    
    Leti: estoy bien así, capitán?
    
    La miré de arriba a abajo, sin ningún tipo de disimulo. Ella se reía.
    
    Yo: si, estás bien.
    
    Leti: ya se, me falta un poco de lolas, pero no me quiero operar.
    
    Yo: nunca dije nada de eso.
    
    Leti: me dejas timonear un rato así te muestro y si querés a la noche hacemos guardias?
    
    Yo: si estás segura, dale. Igual yo me cambio y vengo.
    
    Cuando salí, me paré frente a ella, como ella lo había hecho
    
    Yo: estoy bien así?
    
    Leti: si, muy bien
    
    Yo: bueno, con algunos kilos de más, unos pelos de menos…
    
    Leti: nunca dije nada de eso. Está tranquilo, me pones protector en la espalda?
    
    Yo: si, como no
    
    Luego ella me puso a mí.
    
    Charlamos cosas banales, superfluas, nada sobre nuestras vidas. Al mediodía compartimos un sándwich y cuando terminamos ella trajo dos latas de cerveza, se sentó en frente mío y brindamos.
    
    Leti: tener ganas de charlar un poco?
    
    Yo: pues ...
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