1. Encajado y más encajado


    Fecha: 21/06/2022, Categorías: Transexuales Autor: SUPERHEELS, Fuente: CuentoRelatos

    ... la casona. Lo tuve que sostener de un brazo para poder avanzar. Le temblaban las piernas por el nerviosismo, y si a eso le sumamos que los finos tacos se le hundían a cada paso, sin mi ayuda no hubiera podido dar dos pasos seguidos. Entramos a la casa, le dije que se acomodara en una silla de la cocina y fui a buscar dos tazas de café. Mientras bebía, se iba tranquilizando un poco. Yo tomé un trapo de limpiar y acercándome a él le pedí uno de los zapatos. Le quité un poco de barro y pasto que tenía adherido al alto y fino taco, y se lo entregué. Volví a repetir lo mismo con el otro zapato. Al dárselo le comenté:
    
    -Son hermosos estos zapatos, y que bien te quedan. Bah, todo el look te queda bien.
    
    -¿Le parece, señor?
    
    -Por supuesto. Y decime, siempre andás así?
    
    -No, no. A veces me visto así, pero estando solo. Hoy creí que no iba a haber nadie acá. Los sábados a la tarde cuando traigo algo del corralón nunca hay nadie. Y… hoy está usted. Y encima me quede "encajada"... perdón, encajado.
    
    Mientras tomaba el café, volvió a ponerse los zapatos. Se notaba que le gustaba bastante estar de tacos altos. Yo me dirigí a la sala y me acomodé en un amplio sillón. Desde allí le dije que se acercara. Él se paró y vino hacia donde yo estaba. Verlo caminar sobre esos tacos era algo excitante. Sabía hacerlo y también mover las caderas al mismo ritmo. Se me estaba parando la pija. Se sentó a mi lado y le pregunté:
    
    -¿Cuándo te vestís así, te sentís minita, no? Lo pregunto porque ...
    ... hoy dijiste encajada en lugar de encajado. ¿Es así?
    
    -Si... si señor, ay me da vergüenza.
    
    -Nada de vergüenza. Si te queda bárbaro. Estás muy linda.
    
    No supo que decir, pero se le iluminó la mirada. Y no tuvo tiempo de más. Le tomé el rostro con ambas manos y le di un largo y caliente beso en la boca. El respondió con la respiración entrecortada. Comencé a acariciarle las piernas y el culito. Él se entregaba a las caricias, y cuando llevé su mano a mi entrepierna, empezó a tocar mi verga con ansias. Yo me quité el pantalón y el bóxer, y el chico se sacó el ajustado jean. Debajo tenía una tanguita negra bien diminuta. Se volvió a poner los tacos, y se arrodilló buscando mi pija. Estuvo más de 10 minutos chupándome la verga. Y bien que sabía hacerlo.
    
    Yo veía que estaba por acabar, pero quería cogérmelo. Me retiré y lo hice arrodillar sobre el sillón. Comencé a introducirle la cabeza de la pija, y notaba como se estremecía. Lanzaba unos grititos, que más me hacían calentar. Cuanto más avanzaba mi verga dentro de su culo, más se retorcía de placer. Dejando a un lado su timidez inicial me decía:
    
    -Ay, así, si así. Cogeme, cogeme bien cogida. Si damela toda, papi. Ay, como la siento. Seguí, seguí. Cogete a tu perrita. sii.
    
    Con la calentutra que yo tenía, no tarde en acabar, llenándole el culito de leche. Cuando la saqué de adentro suyo, él se acomodó y comenzó a limpiarme la cabeza de la pija con su lengua. Y se iba tragando el semen. Resultó "una guachita divina". ...