La pasión de Silvia (Parte 2)
Fecha: 25/06/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: hecmat20, Fuente: CuentoRelatos
... ventanas a ver si alguien nos veía. Me dejo subir hasta su vagina, respirando hondamente y agarrándose del respaldar del carro. Cuando llegue a su chucha, ella cerro sus piernas atrapando mi mano, estaba caliente y me dio otro beso apasionado. No podía mover mi mano, pero ella si se movía en su asiento rítmicamente como si estuviese follando mi mano.
Nos separamos por instante, abrió sus piernas y le subí la blusa lentamente como como niño travieso y ella con respiros profundos supervisaba que tan lejos llegaba. Por debajo de su blusa, acaricié su teta izquierda, se la saque de su sostén, me acerque a sus labios, pero no la bese.
-Quiero tetita- Le dije mirándola a los ojos mientras le apachurraba el pezón.
-Toma tu teta bebé- queriendo morderme la boca, dejando ver su lado perverso.
Su seno cabía en una sola mano, lo tenía fuera de la blusa y visible a cualquiera que se aproche a la ventana, la estaba probando si este tipo de exhibicionismo la excitaba y sí que lo hacía. Me mandaba instrucciones que no sea tan avezado y notorio, pero no me detuvo cuando pasaba mi lengua lentamente por alrededor de su areola marroncita y caliente. Luego succionaba su pezón como si besara su boca girando mi lengua en forma de remolino que la volvía loca, arqueando su espalda y empujando mi cabeza hacia su seno.
-¡Muérdelo bebé, duro, muérdelo duro! Si, si asi! - Estaba poseída, se olvidó de dónde estábamos. No importaba quién podía vernos.
-Vamos al asiento de atrás, ...
... estoy incomoda- me dijo abriendo las piernas.
Hubiese querido estar bajo la oscuridad de la noche para penetrarla o me de una mamada, su mirada baja me lo indicaba, pero no se atrevía a tocar ninguna parte de mi cuerpo. Ella quería que la manosee, quería sentirse como una chica mala.
Ella se recostó en todo el asiento trasero reposando sus piernas en mi falda, dándome acceso fácil a su chucha, sus senos y sus labios. Ella podía sentir mi erección en todo momento, entre conversaciones mundanas y calientes, sonreía porque siempre estaba duro. Se estaba siendo tarde, ella tenía que volver donde sus hijos, nos quedaba poco tiempo. En cada estimulo que le daba, ella nunca expresaba su placer en voz alta, ella era silenciosa porque viviendo en apartamento, siempre le dio pena que los vecinos la escuchasen, le daba orgullo ser silenciosa.
Quiero dejar en claro, que Silvia me atraía, pero la idea de quitarle la máscara de mujer decente, me excitaba más que mi propio placer. Antes de terminar nuestra sesión de ese día y echada en el asiento de atrás, le sobe su clítoris sobre su apretado pantalón de Twill. Eso la calentaba más y más al aumentar las revoluciones, pero seguía callada. Comencé a manosear sus tetas y besarla en los labios con mordiscos. Seguía gimiendo a voz baja, no podía bajarle el pantalón así que le metí dos dedos en su vagina con todo pantalón y calzó incluido. Silvia, toda perra, abrió los ojos y perdió el aire. Quiso decir “OH” pero no encontraba su ...