Orgía familiar (Parte 1)
Fecha: 27/06/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: AlondraBT19, Fuente: CuentoRelatos
... caderitas tan lentas, mi novio me hizo llegar al orgasmo, expulsando mi primer squirt. Caleb sacó su pene y, aunque su condón estaba vacío, no me forzó a más ni pidió más. Yo estaba feliz, pero preocupada por ello. Ese momento fue delicioso, exquisito, muy excitante, pero claramente no había bastado. En nuestros siguientes encuentros, me dediqué a ser más activa, hablé con muchas mujeres por internet, vi pornografía de la casera, para ver qué hacían las parejas de verdad y, eventualmente, me acostumbré al macro-miembro de mi novio, llegando a hacerle correrse con sólo moverme sobre su pene.
Conocía a mis suegros, buenas gentes, amables y atractivos para estar ya en sus 45. Mi suegra, Luisa, era de piel blanca y cabello negro lazio, una mujer muy voluptuosa, sus caderas anchas, sus pechos enormes, esas nalgas que tanto me recordaban a las de mi novio por su forma y tamaño, claramente una mujer de gimnasio, como su hijo. Mi suegro, Jesús, me pareció muy guapo, moreno, de barba tupida y sonrisa fácil, su cuerpo era como el de Caleb, aunque un poco más alto y menos marcado, pero aun así se notaban los abdominales debajo de su camisa...
Pero los llegaría a conocer a todos mucho más.
Caleb me comentó del "rito" en el que su familia acepta a un nuevo miembro y me ...
... explicó todo lo que hay detrás de esa tradición. Según cuenta su familia, esto empezó con el tatara abuelo de mis suegros. Uno de los hijos tuvo a bien follarse a su madre, otro hermano los descubrió pero decidió no acusarlo y ambos compartieron a la mujer durante años, hasta que el padre los descubrió y corrió de la casa, se movieron de Monterrey a la Ciudad de México y después a la frontera con Estados Unidos. Así que ambos hermanos y su madre tuvieron que vivir por su cuenta y mantuvieron sus prácticas incestuosas, pasándolas de generación en generación. Según todos en la familia, es real, aunque a mi me suena a una forma de justificar la depravación, cosa que no me parece del todo mal, pero es más rico pensar en esto como simples estallidos de placer y lujuria, no hay por qué justificar algo como esto, se justifica por sí solo.
Fue en vacaciones que llegó el momento. Mi familia nos me dio permiso de ir a un rancho de la familia a pasar un fin de semana. Yo ya sabía lo que me esperaba, Caleb ya me había advertido de ello. Pero de lo que no me advirtió, fue de la cantidad de gente que habría, tampoco del primer paso: follar con mi suegro mientras él se cogía a su madre.
Lo que vería y sentiría aquel día, sería inolvidable en el mejor sentido de la palabra.