Quiero ser cornudo
Fecha: 29/06/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Nando y Lidia, hace más de 30 años que son pareja, tienen dos preciosas hijas y durante estos años su relación fue razonablemente satisfactoria. Pero ahora cuando él está a punto de cumplir los 50, sus vidas van a cambiar de un modo del que ninguno de los dos es incapaz de imaginar.
En realidad, la historia que os voy a contar, empezó hace 30 años. Por aquel entonces Nando y Lidia apenas hacía unos meses que eran pareja y por alguna extraña razón que sólo saben las mujeres, a Lidia, le encantaba ponerle celoso picándole sobre que lo que había hecho o no, en sus relaciones anteriores. Lidia intentaba provocarlo con la intención de que sus celos fueran una demostración de amor y, en efecto, lograba ponerlo celoso, pero también lograba que terminaran discutiendo. Para Nando, imaginarse a Lidia en brazos de alguno sus antiguos novios era una sensación extremadamente desagradable y cada vez que Lidia lo mencionaba se ponía de muy mal humor, pero un día, probablemente como sistema de autodefensa, su cerebro, en lugar de la respuesta habitual, provocó una reacción inesperada: una erección. Y le gustó.
Aquel día lo cambió todo. Ya no sólo no le molestaba oír sus comentarios acerca de sus antiguos novios, sino que le pedía más y más detalles. Quería saberlo todo, cuantos novios había tenido, cuanto tiempo había salido con ellos, que nivel de contacto físico había mantenido con ellos…. Todo.
Con el tiempo, apareció internet y se aficionó a la lectura de relatos eróticos en ...
... diversas páginas web y le sorprendió encontrar infinidad de relatos de intercambio de parejas y de infidelidades consentidas. Esa cantidad de material, le permitió descubrir que sus fantasías eran compartidas por muchísimas otras personas y que, en el fondo, no era tan “raro” como creía.
Cuando finalmente se convenció de que sus fantasías eran algo normal y no una filia enfermiza, intentó animar a su esposa para que poco a poco, se exhibiera en público. Primero animándola a hacer topless en la playa, luego a desnudarse en playas nudistas... e incluso, cuando hacían el amor intentaba introducir otros hombres en sus juegos eróticos; pero por mucho que lo intentaba, sus tentativas caían en saco roto, porque Lidia se negaba, una y otra vez a introducir otras personas en su cama.
Aún así, no podía detenerse; necesitaba más; de modo que su fantasía evolucionó hacia la idea del cornudo sumiso, o sea, entregar a su esposa a otro hombre para que hiciera lo que quisiese con ella. Pasaron casi 20 años y todo este tiempo demostró que vivían en realidades distintas, mientras su fantasía evolucionaba más y más hacia la sumisión y la humillación, Lidia se negaba, una y otra vez, a entrar en estos juegos.
Discutían continuamente, sus relaciones sexuales eran cada vez más pobres e insatisfactorias hasta que un día, tras mucho insistir, consiguió que Lidia aceptara tener un amante virtual. O sea, una persona, con la que chatear e intercambiar mensajes pero siempre, desde el anonimato y ...