1. Lunes por la tarde


    Fecha: 02/07/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quería venirme en su vagina para regarla con mi leche. Eso le encanto, y según me diría después, lo agradeció su ano.
    
    Me metí directo a la regadera para lavar mi pene (Muy rico coger por el ano, pero hay cosas en el que no quieres llevar a la vagina) de manera concienzuda, mientras ella esperaba en la recamara.
    
    Al salir, me esperaba recostada en su vientre. Dios… que visión: su cuerpo desnudo sobre mi cama, sus nalgas haciendo curva y sus pies levantados jugueteando entre si. Sus senos solo a un par de centímetros del colchón, ella apoyada en sus codos.
    
    -¿Como me quiere mi macho?
    
    (Aun en una situación por demás erótica ella tiene la capacidad de coquetearme un poquito mas…)
    
    - Wow… Esteeee, sabes, me gustaría terminar de perrito, quiero cogerte mirando tus nalgas.
    
    -Pues ven aquí, tienes a tu perrita dispuesta a que se la coja su macho.
    
    Poniendo sus rodillas en el colchón me regalo una vez mas la hermosa visión de su colita parada, sus nalgas a mi completa voluntad. Este es el momento, siempre lo es. De nuevo mi pene encontró camino en esa cuevita que tanto placer me da.
    
    Puse una rodilla al lado de sus piernas y plante mi otro pie al otro lado de sus pies. Comencé a cogerme su rica panochita de manera desesperada, sosteniendo sus caderas. Sus gemidos eran mas fuertes que en ...
    ... el sillón. Eso acabo por excitarme al máximo posible y sentí mi orgasmo acercarse a la punta de mi verga, literalmente. Empecé a descargar uno tras otro los chorros de la lechita que tanto me había estado tratando de sacar. Sentí que mi orgasmo me inundaba los sentidos por completo, tomando mi cuerpo hasta las ultimas fibras. Mis músculos, mi mente, estaban disfrutando esos espasmos que acompañaron mi eyaculacion, y ella ronroneaba como gatita satisfecha. Fue un orgasmo largo, placentero, grandioso… Después de sentir los últimos estragos de mi placer, me derrumbe sobre su cuerpo cubriéndola con el mío.
    
    Esa tarde ha sido aun hasta la fecha, la sesión mas larga de sexo que hemos tenido. Estábamos cansados físicamente, pero muy satisfechos de poder saciar nuestra calentura mutuamente.
    
    Ella sonreía satisfecha, besándome tiernamente y acariciando mi cara. Paso una pierna sobre mi, abrazándonos de frente. Sentí como mi semen escurría de su vagina hacia mi pierna, algo que según me ha dicho, le agrada.
    
    El sueño, después de la batalla larga y placentera que acababa de suceder, nos comenzó a envolver a los dos.
    
    Dormir de esa manera después de hacer el amor, abrazado a la mujer que amo tanto y que me complace como nunca nadie lo hizo, a la que hago feliz y satisfago, es la mejor manera de dormir. 
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