1. Bienvenida a mi vida


    Fecha: 07/07/2022, Categorías: Transexuales Autor: GenovevaSexy, Fuente: CuentoRelatos

    ... sensación fue mucho más placentera.
    
    Había un espejo de cuerpo entero en el baño y al verme me descubrí a mí mismo como una bella mujer. No podía creerlo. Los tacones eran pequeños, de manera que me fue fácil dominar la caminata, además que torneaban mis pantorrillas. Salí del baño y me presenté ante aquel hombre que descubrió por vez primera mi lado femenino.
    
    “Mmm, qué delicia, acércate, siéntate aquí” me dijo sentado palmeando sus piernas.
    
    Me acerqué a él y me dejé que jalara mi mano y me forzara a sentarme en sus muslos.
    
    “¿Qué va a pensar de mi?” le dije “soy un hombre”.
    
    “¡No!” exclamó con placer “tienes zapatos de mujer, tienes vestido de mujer, no lo niegues, te sientes mujer”
    
    No se equivocaba, yo estaba confundido en ese momento, me sentía tan bien vestido así que le dije “Tiene razón, me siento muy bien. Pero ¿qué van a decir mis amigos?” le comenté.
    
    Soltó una carcajada: “ellos también han sido mis mujercitas” me sorprendió, “cada uno ha sido mía. Uno me bailó como una princesa árabe, otro hizo la limpieza con traje de mucama y el otro fue mi alumna distinguida, vistiendo de colegiala. ¿Tú qué vas a ser para mi?” sentenció, exigiéndome con la mirada.
    
    No me resistí, sentado sobre sus piernas, me acerqué y lo besé. Mi primer beso a alguien, nunca había besado a nadie. “quiero ser su novia” le dije, “la tierna, la delicada, la obediente”.
    
    Volvió a besarme. Me sentía excitado y me abandoné. Los ánimos se caldearon, comencé a sentir calor, sudaba. ...
    ... Los besos eran cada vez más apasionados. Sentí su mano entrar por mis piernas, estremeciéndome toda la piel. Llegó a mi pequeño miembro que estaba duro y dijo “qué rico mi novia, estás calientita”, apretó mis testículos. Gemí. Siguió besándome y llegó a mi agujero. “ábrete un poquito” me dijo acomodándose en el sillón, de tal forma que al estar sobre sus piernas nos recostamos un poco y metió sus dedos en mi agujero, que para ese entonces parecía una sopa de lo húmedo que estaba.
    
    “Me duele, por favor pare”, le pedí.
    
    Ignoró mi súplica.
    
    “Este culito será tu concha desde ahora. Échate una paja”, me ordenó mientras él metía su dedo en mi esfínter. Comencé a pajearme. El placer era delicioso. Siguió besándome, alocando su lengua caliente mientras su índice entraba y salía de mi agujero. Me masturbé duro.
    
    “¿Cómo te llamas para mi, mi novia?” me preguntó en medio de la locura que estaba produciendo en mí.
    
    “Bautíceme usted, me llamaré como usted quiera” continué, mientras la paja que me hacía cada vez era más rápida y su dedo llegaba a mi próstata, jugando adentro de mi culo.
    
    “Genoveva, te llamaré Genoveva”, sentenció, y al decirlo exploté en semen caliente mientras le besaba con lengua y saliva deliciosa.
    
    En la locura que me provocó le dije: “soy su novia, solo suya, soy su Genoveva” mientras terminaba de salpicar las últimas gotas de leche, con una sensación electrizante en la punta de mi pequeña verga.
    
    Me sacó el dedo del ano. Me abrazó. Me besó. Sentí el ...