¡Por el culo no, hijo!
Fecha: 11/07/2022,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Peter estaba en una biblioteca inglesa tomando apuntes cuando se sentó enfrente de él una joven espigada, rubia, de ojos azules, con el cabello recogido en una coleta. Vestía una blusa blanca y una minifalda marrón que dejaba ver unas larga y estilizadas piernas y calzaba unas deportivas blancas. Mirando para el Rolex que llevaba en la muñeca, en bajito, le dijo:
-¿En que trabajas?
-Buscaba Cariño en el mapa de España.
-Cariño te lo puedo dar yo, guapo de cara.
-Gracias pero ya tengo el de mi madre.
A la muchacha no le salían las cuentas. En su vida la habían rechazado. Pensó en lo peor.
-¿Oye?
-¿Qué?
-¿Eres marica?
-No, soy Peter.
Aquella respuesta cambiaba la cosa.
-¿Tienes un punto de retraso?
-No, soy puntual.
-Me piro. No quiero ir a la cárcel.
Cat hizo amago de levantarse.
-No te vayas. Nunca hablo con chicas guapas. ¿Por qué ibas a ir a la cárcel?
-Por estar con un retrasado mental.
-¿Qué le hiciste a ese retrasado mental?
-No me extraña que no hablen contigo, ni las guapas ni las feas.
-¿Por?
-Porque lo digo yo.
-Ya veo, ya.
-Tú no ves ni un burro volando.
-Claro que no lo podría ver, los burros no vuelan.
Cat sonrió, y le dijo:
-Seré tonta, debía salir corriendo...
-Las apariencias engañan. Pareces lista. ¿Qué edad tienes?
Cat miró para todos los lados.
-¿Dónde está la cámara oculta?
-¿Y a mí me lo preguntas? Si está oculta no se ve.
-Joder con el guapo de cara... ...
... Veintidós.
-Si hay veintidós y miramos bien alguna encontramos. ¿Para que la quieres encontrar?
-Que tengo veintidós años. ¿Tú cuántos años tienes?
-Dieciocho…
-Un caramelito.
-Vale.
-¿Qué vale?
-Que sí, que quiero ese caramelo.
-Una hostia es lo que te voy a dar cómo me sigas vacilando
-Jamás vacilé ante nada.
La muchacha se cabreó.
-¡Tu puta madre!
-¿Y tú cómo sabes eso?
Lo pilló.
-Te estás riendo de mí, come letras.
-Empezaste tú. No soy marica ni subnormal. Voy a seguir buscando por Cariño
La chica se alegró de que no fuera un retrasado, ya que si lo fuera se le jodían los planes.
-Quien se mete entre mis piernas dice que encuentra cariño.
Peter le preguntó:
-¿Y qué tienes ahí que da cariño?
-La cueva de Alí Babá, una cueva en la que quieren entrar todos los ladrones.
Peter puso cara de pensar y después le preguntó:
-¡¿No serás una de esas mujeres que cobraban por hacer cosas que van contra la moral?!
-¿Tú estás por joderme? No, por eso no estás. Estás por reírte de mí.
-No, no estoy riéndome de ti, pero si me cuentas un chiste gracioso nos podemos reír los dos
-Sé que te haces el tonto, y si no te lo haces ya me da igual. ¿Tienes dinero?
-No, no llevo dinero encima.
-¿Y en casa?
-Allí sí, siempre guardo algo de mi paga.
-¿Y de cuánto es tu paga?
-De mil libras semanales.
A Cat se le pusieron los ojos como platos.
-¡¿Mil libras?!
-Sí. ¿Cómo te lamas?
-Cat. ¿Y tú?
-Peter.
-Me ...