1. ¡Por el culo no, hijo!


    Fecha: 11/07/2022, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... gusta tu nombre.
    
    -¿Por qué te llamas a ti misma Cat?
    
    -Es mi nombre y me viene al pelo porque soy muy gata.
    
    -Ronronea para que te crea.
    
    -Chupo mejor de lo que ronroneo.
    
    -¿Qué chupas?
    
    -Polla.
    
    -¿Y cómo la distingues del pollo?
    
    -Te gusta jugar con las palabras, ¿eh? A mí tampoco se me da mal. ¿Cómo distingues un coño de una coña?
    
    -¿Qué es un coño?
    
    -Lo sabes de sobras, listillo, y seguro que con ese cuerpo ya comiste más de uno.
    
    -Puede. ¿Tiene otro nombre?
    
    -Almeja.
    
    -No, conozco el bivalvo, pero no lo comí
    
    -¿Te gustaría comer mi bivalva?
    
    -Me da a mi que estamos hablando de cosas diferentes.
    
    -¿Quieres que te enseñe...?
    
    No la dejó terminar.
    
    -Mary ya me enseña todo lo que tengo que saber.
    
    -¿Quién es Mary?
    
    -Mi profesora particular
    
    -¿Y qué haces aquí?
    
    -No tenemos mapas en la biblioteca de la mansión.
    
    -Así que era verdad, eres el hijo de lady Winter. Se rumoreaba que tenía un hijo de soltera, pero nadie lo había visto.
    
    -Pues ya lo ves.
    
    -Ya llegó mi madre. -Peter miró hacia la entrada de la biblioteca-. Vete que no le gusta que hable con mujeres
    
    Cat miró para donde mirara Peter y vio a una mujer alta y fuerte de unos cuarenta años con un sombrero gris a juego con su vestido y con sus zapatos de tacón de aguja. Se levantó, y desde un ángulo muerto, le dijo:
    
    -¿Cuándo vuelves a la biblioteca?
    
    -No sé, vengo cuando tengo alguna duda y si mi madre me lo permite.
    
    -Cuando vengas trae cien libras.
    
    -¡¿Para ...
    ... qué?!
    
    -Soy una de esas chicas que hacen cosas que van contra la moral.
    
    Peter se quitó la careta.
    
    -No tienes pinta de puta.
    
    -¡Serás cabrón! Y yo que pensaba que eras un virguito...
    
    -Y lo soy, lo soy.
    
    -¿Un virguito?
    
    -No, un cabrón.
    
    -De eso no me cabe duda.
    
    Cat se fue. Peter recogió y regresó a casa en el asiento trasero del Jaguar negro que conducía su madre.
    
    Peter y lady Winter.
    
    Lady Winter, la madre de Peter, era una dama escocesa de 40 años, viuda y sería cómo un palo. A Peter lo veía cómo un niño de siete años, y se encargaba de que supiese de la vida sexual lo que sabe un niño de esa edad. A pesar de que ya hacía años que dejara de ser un niño seguía con los castigos corporales cuando hacía algo que no debía.
    
    Se había ido el servició. En el lujoso salón de la mansión sonaba Aida de Giuseppe Verdi. Peter estaba leyendo Moby Dick sentado en un sillón. Lady Winter estaba sentada en otro sillón mirando la BBC y tomando un whisky gran reserva de su bodega. Ella llevaba puesta una bata de seda roja y él una marrón. Peter tenía ganas de guerra, levantó la cabeza del libro y le preguntó a lady Winter:
    
    -¿Qué es un coño, madre?
    
    A lady Winter le cambió la cara oír la pregunta.
    
    -¡¿Quién te dijo esa palabra?!
    
    -Se lo oí decir a una chica mientas cogía un libro de la estantería.
    
    Empezó el interrogatorio.
    
    -Así, sin más. ¿No se le cayó el libro ni nada?
    
    -Sí, así, sin más.
    
    -¡Cómo te atreves a mentirme!
    
    Peter, fingiendo nerviosismo, ...
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