Camila: la calentura puede más que la razón (2/?)
Fecha: 12/07/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Yesska, Fuente: CuentoRelatos
Escena I.
Habían transcurrido ya algunos días desde lo acontecido en casa de Pedro, y dicha circunstancia fue la primer cosa que vino a la mente de nuestra protagonista después de levantarse. Precisamente hoy se despertó temprano con la intención de dejar a un lado su apatía al respecto y, por fin, salir a buscar trabajo.
Teniendo en cuenta la situación económica que atravesaba el país, sabía que tendría que tocar muchas puertas, o quizá, sólo quizá, sus encantos le ayudarían. No sería la primera ni la última vez que pasara, y por ello fue que se esmeró en arreglarse, tal vez un poco más que de costumbre. Apenas se desperezó, fue directo a buscar algo a su buró, y de él sacó una caja pequeña de color rosa, la cual tenía un nombre escrito en la parte superior, Pablo, y después se aprestó a calentar el agua de la bañera.
Las duchas de nuestra protagonista son, indiscutiblemente, todo un ritual de sensualidad, particularmente en esta ocasión, porque para armarse del valor necesario para la tarea del día creyó conveniente emplear esencias aromáticas en la bañera, así como también unos pétalos de rosa. Definitivamente la joven no escatima al darse sus gustos.
Enseguida, la joven verificó que la temperatura del agua fuese la adecuada introduciendo en la tina uno de sus pequeños y delicados pies, y al sentir que estaba en el punto exacto, procedió a sumergirse en el líquido. Comprobado lo anterior, se despojó de su pijama, quitándose el breve top rosa que traía puesto, ...
... dejando escapar así a sus voluminosos pechos; y deslizando sus cacheteros, del mismo color, por las sinuosas curvas de sus lascivos glúteos. Ya desnuda, entró a la bañera, con suma refinación.
Ya dentro del agua, la espuma del jabón cubrió el curvilíneo cuerpo de la chica. Masajeó su lacia cabellera y acarició sus finos hombros, para luego resbalar sus tersas manos sobre ese par de apetitosos melones, cuyos pezones ya se encontraban erectos a causa del roce de sus manos. A continuación se dedicó a palpar sus marcadas piernas y sus pulcros pies, esto mientras estiraba una de sus piernas y se sorprendía de lo largas y estilizadas que son.
Y para cerrar con broche de oro, pasó a la parte más íntima de su anatomía, su entrepierna, y magreó sus ricos glúteos con la espuma, que se sentían aún más suaves de lo que son por efecto de la misma. Se tomó el tiempo de darle unos leves apretones y no pudo evitar el sentirse orgullosa de lo duros que se habían tornado por el ejercicio que practica desde su adolescencia.
Y por último, atendió el área del pubis, que estaba lampiña pues se depiló días antes, y notó que estaba caliente. Desde que despertó su cuerpo ya le pedía atención, y quién era ella para negársela:
Kamila: “¡ay!, creo que me puse cachonda de nuevo. La verdad me quedé con ganas de que Pedro me metiera su vergota, ¡mmm! estaba tan rica, de no haber sido por su mujer, la hubiera gozado. ¡Ah!, me consentiré un poco, total, mi pá ignora que estoy desempleada, qué más ...