Camila: la calentura puede más que la razón (2/?)
Fecha: 12/07/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Yesska, Fuente: CuentoRelatos
... estuvo unos instantes, hasta que creyó que esa masturbación necesitaba un poco más de intensidad y entonces, dando rienda suelta a su lujuria, la chica se salió de la tina y buscó la manera de colocar el vibrador sobre la tapa del inodoro, ya que era de esos consoladores que traen ventosas en lo que debiera ser los testículos. Una vez fijado en esa superficie, pasar una de sus piernas de un lado del retrete, e igualmente la otra, y se apoyó en el depósito del agua, preparándose para el libidinoso descenso. Optó por hacer una de sus poses favoritas: la vaquera. Este acto emocionó más de la cuenta al friki, que no daba crédito a lo que veía:
Manuel: “¡ay Camilita! Hasta que se me va a hacer ver ese culote en acción, ándale, toma asiento putita, así, sigue así”.
Simultáneamente, nuestra protagonista abría un poco sus redondas nalgas para comerse aquella reata de plástico, y se la fue metiendo despacio, hasta que se la comió entera, para a continuación comenzar a darse de sentones sobre él, los cuales le hacían gemir sonoramente. Aquellos glúteos vibraban por efecto de los sensuales movimientos de cópula de la ardiente joven, y no tardó en ser visible un notorio hilo de jugos blancos que bañaban las venas del tronco de aquella verga, que si bien era sintética, no menos cierto es que la estaba haciendo gemir tanto como una de carne.
Y de esta manera se prolongó esa cogida al juguete por parte de Camila por unos minutos que parecían eternos, en los cuales aquel par de ...
... suculentas nalgas rebotaban con gran ímpetu arriba del consolador, mientras que la mano del mirón seguía el mismo ritmo en la puñeta que se hacía. En pocas palabras era como si ella estuviera botando semejante culote en el pito del friki.
El pecaminoso momento se extendió hasta que la cachonda joven comenzó unos movimientos algo más lentos que pararon al meterse completo el vibrador, dejando sólo los huevos afuera, a la par de un arqueo de espalda muy sensual de su parte, tras lo cual dio un sonoro gemido, había alcanzado el orgasmo:
Kamila: “¡ay sí, rico, mmm! Ay dame, dame, qué rica vergota papito, más, sí, más, ¡ah!
Escuchar esos gemidos y ver aquellas jugosas nalgas devorar el vibrador causó el mismo efecto en el otaku, quien no pudo soportar más y jalando con firmeza su envarada verga comenzó ésta a escupir varios chorros de espesa leche que fueron a parar a un póster de un conocido personaje de un anime de ninjas, famoso por tener mucho relleno:
Manuel: “¡ah, te pasaste de verga, Camilita! Tenía rato que no sacaba tantos mecos. ¡Uf! Que ricas se ven esas nalgotas, las quiero para mí. Necesito buscar la forma de acercarme a ti y cogerte, o mínimo que me la mames, no dudo que lo haces de maravilla, pinche culona, ¡mmm!”.
Repentinamente, nuestra Camila recordó dos cosas: que sus cuentas bancarias ya estaban casi en ceros; y que había prometido a sus padres que les enviaría fotos suyas cuando estuviera en su flamante oficina, palabras que venía diciendo desde ...