1. Sabía que la amaba...


    Fecha: 20/07/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Sabía que la amaba pese a la distancia que los separaba. La conocía desde casi niña desde aquel día en que un amigo común los presentó. Horas despues, cuando ella ya no estaba y el se había quedado solo en su casa, se quedó inquieto, pensativo. Aquellá jovencita le inspiraba ternura. Era como tener cerca un pequeño angel… Se sintió incómodo ante aquel pensamiento…
    
    Desde aquel ya lejano día habían sucedido muchas cosas… El oleaje del tiempo había golpeado con dureza a ambos. Ella estaba sola despues de mas de una década de compartir sueños y proyecto de vida con un idiota engreido que no la merecía, un tipo de esos que solo está verdaderamente enamorado…. de si mismo. En cuanto a él, había dejado la ciudad donde vivía siguiendo el impulso de su corazón loco que despues, de no llegó a dos años, solo sirvió para asomarle peligrosamente a la quiebra mas absoluta, de la que se libró gracias a ese curioso fenómeno conocido como “burbuja inmobiliaria”… por no mencionar que emocionalmente se sentia hundido. Así pasaron varios años en los que pareció que sería dificil que volviesen a verse.
    
    De repente, el tiempo y la vida que se encargó de separarlos, les hizo coincidir en un centro comercial en aquella ciudad donde se habían conocido y él pudo vover a sentir la tremenda emoción de uno de los apoteosicos abrazos de ella. Ya no era la niña que el conoció años atrás, ahora era una mujer, si, una mujer con algún kilo de mas, quizá. (En cuanto a ese tema el “lucía” una barriga a ...
    ... la que aquel amigo que los presentó llamaba el “idolo esférico”) pero en la que pudo percibir la misma mirada dulce a través de esas gafas pequeñas y redondas a lo John Lennon y también, porque no decirlo, la firmeza de su busto en el abrazo lo que le volvió a incomodar porque él tenía con ella una mezcla extraña, y tal vez absurda, de sentimientos. Por un lado la consideraba casi una hermanita pequeña pero por otro siempre que pensaba en ellá, lo cual ocurría mas a menudo de lo que él hubiera deseado, sentía una punzada dentro, un pensamiento recurrente: “lástima que no hubieses tenido diez años mas…. O yo diez menos”, sabía que era un pensamiento inutil pero no podía evitar sentir que, de haber sido otras las circunstancias, quizá se hubiesen ahorrado mutuamente la casi década y media de dolor que ambos habían cosechado.
    
    Cuando ellá deshizo el abrazo, él sonrió y la miró y, reprimiendo un suspiro, comenzaron a hablar, a “ponerse al día“ de sus respectivas vidas, de los amigos que ya no estaban alli porque la crisis les había empujado allénde el mar para rehacer sus vidas, de recuerdos divertidos que tenían y que les hacían reir… de repente, cuando el la preguntó: ¿Qué tal va todo?. Ella entornó la mirada con gesto sombrío y comenzó a contarle lo que podría tildarse, parafraseando a Gabo García-Marquez, como la “Cronica de un fracaso anunciado” que, por entonces, aun no se había consumado. Él era la última persona que podía dar ningún consejo y nenos en las cosas del ...
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