1. Mi esposa en nuestra cama con su amante


    Fecha: 20/07/2022, Categorías: Infidelidad Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    ... esposa la cogió con ambas manos y antes de metérsela a la boca me la mostró y me dijo “amor, mira lo grande que es”. Comenzó a chuparla sin más dilaciones. Se la introdujo toda de golpe. Pensé tendría arcadas, pero nada, era una experta mamando vergas grandes. La chupaba toda, la sacaba, la lamía, le lamia los testículos, recorría su entre pierna con su lengua y sus besos y finalmente le ordenó que se diera la vuelta.
    
    En ese momento no sabía que pasaba o que pasaría. Pero muy rápidamente vi a mi esposa separar las nalgas de su amante y empezar a lamerle el culo. Algo que había visto en alguna película porno, pero que jamás se me había ocurrido que ella me lo haga o que ella se lo haga a otro. Le lamía el culo con pasión y Mateo empezó a gemir brutalmente. Le volvió a ordenar darse vuelta y su verga parecía incluso más grande.
    
    A pesar de que el acuerdo era que yo no participe. Mi esposa se colocó en cuatro patas al borde de la cama, me ordenó también, “Alonso, ensalívame el culo”. Obedecí. Con mi lengua la ...
    ... unte completamente por unos segundos y luego, con un sutil movimiento de su mano me ordenó que me alejara. En esos instantes Mateo se había puesto de pie y con ella al borde de la cama, se la introdujo completamente en el culo. Sin ningún intento de pasar por su vagina previamente.
    
    Fueron pocos minutos de ella gimiendo como puta y él diciéndole que era puta, por momentos diciéndome ambos o uno u otro, “mira cornudo” pronto sentí que él y ella se venían juntos. Instantes antes de venirse, Mateo la sacó y le echo todo el semen en la espalda. Una brutalidad de semen, un volumen impresionante.
    
    Mi esposa se acostó boca abajo. Él junto a ella. Me dijo “Alonso, me tienes que limpiar”. Me paré como yendo al baño para traer paños húmedos para limpiarla y ella me detuvo y me dijo “con la lengua cornudo”. La obedecí, con limpié todo el semen que Mateo le había dejado. Me lo tomé también.
    
    Habían pasado no más de 30 minutos desde que llegamos a casa. Nos quedaban aún más de dos horas para ser el cornudo consentidor. 
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