Follé con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 2)
Fecha: 22/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: felodel2005, Fuente: RelatosEróticos
... risas. Cerré la puerta del cuarto de Majo y alcancé a Esperanza para, por fin, terminar con eso que habíamos dejado inconcluso hace un rato.
Habiéndome asegurado de que Majo estaba dormida y ante la rabia que me había generado el aprieto en que me había metido Esperanza, decidí follara duro, con furia. Ella quedó sorprendida porque mi actitud sumisa había desaparecido, ahora era yo quién llevaba las riendas de la situación. Me había convertido en una bestia que no quedaría tranquila hasta haber explotado de placer con esa mujer que me había metido en este aprieto.
Apenas cerré la puerta, la vi ahí estática y sorprendida por el vuelco de mi actitud. La empujé sobre la cama, apenas cayó me acerqué para metérsela; lo tenía claro, iba a metérsela sin contemplaciones, hasta el fondo y con ganas. Así lo hice. Ella tapó su boca con ambas manos, pero yo, bruscamente, las quité de allí. Empecé a decirle con firmeza “querías culear, bueno, pues vas a culear y lo vas a disfrutar”. No hubo un instante en que aflojara el ritmo. Ella se lo estaba pasando fenomenal, no hablaba, no podía hacerlo, solo gemía y cuando veía que se iba pasando con el volumen, cerraba los ojos y apretaba los labios, a la vez me agarraba fuertemente de los brazos o del culo. Yo también lo disfrutaba, quería cogerla cada vez más fuerte, aún en ese momento en que ella abrió sus ojos y empezó a decirme; o más bien a gesticular, porque no emitía ningún sonido de su boca, “para, para, para”. Movía su cabeza de ...
... lado a lado, como diciendo no, mientras lo decía.
Yo no tenía planeado parar, de hecho, se lo dije, “querías que te follara como a Majo, aquí lo tienes”. Y seguía, de verdad que me lo estaba pasando bastante bien. Ella también, el calor de su concha desmentía lo que me decía con su boca. Me concentré tanto en follarla, que no hubo tiempo para variar la posición, Lo único que distrajo mi atención fue que la estaba cogiendo sin condón. Nunca usábamos condones con Majo, así que yo jamás cargaba condones. Tenía claro entonces que cuando viera venir el orgasmo debía sacarla rápidamente; y así fue. La saqué justo a tiempo, un par de segundos más y nos habríamos metido en un verdadero e inmenso problema. Arrojé todo mi semen sobre su abdomen, quedé arrodillado frente a ella; la veía ahí tumbada sobre la cama, con la respiración muy agitada y con una enorme sonrisa de placer dibujada en su rostro.
En un comienzo ni se inmutó por el semen que se esparcía lentamente por su abdomen. Una vez se recompuso, entró en razón y dejó de lado el placer, se lo limpió. Yo estaba agotado, apoyaba mis manos sobre mis piernas buscando recuperar el aire. Cuando recuperé el ritmo habitual de mi respiración, levanté la cabeza y le pregunté si al fin estaba satisfecha. Soltó una ligera sonrisa y luego me dijo que sí, Inmediatamente después, sin pensárselo dos veces me dijo que por qué no me quedaba a dormir. Yo le hice saber que el trato era otro y que yo ya había cumplido; estaba completamente loca, ...