1. 20 años de casados


    Fecha: 28/07/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pregunté por gestos como la veía él. Como la sentía. Su cara de satisfacción lo dijo todo.
    
    Apenas unos momentos después, escuché el ruido húmedo de una garganta. Miré a mi pareja y estaba con la cabeza estirada hacia atrás, los ojos cerrados y relamiéndose de placer. Giré mi cabeza y observé el bulto de la chica subido en la cama. Era una felación.
    
    Me quité de encima de mi esposo y ella se asustó. Me miró con ojos asustados mientras tenía la polla de mi marido en la boca. Se ruborizó rápidamente y con muchas dudas abrió la boca y lentamente fue subiendo la cabeza. La polla de mi marido brillaba envuelta en babas. Desde la boca de ella, se descolgaban flemas e hilos de saliva que terminaban por el cuerpo del pene y el pubis de mi esposo. Fue una visión realmente hermosa. Inocencia y perversión perfectamente equilibradas.
    
    Le di mi enhorabuena y la pedí que se quitara el bañador. Que un cuerpo tan bello era para mostrarlo. Además de que ya había confianza y sería más cómodo para ella. Así lo hizo. Se quedó completamente desnuda. Un cuerpo juvenil de portentosa belleza y perfectamente cuidado. Mi esposo no se contuvo y comentó lo maravillosa que era. Le pidió que se acercara y ella anduvo hasta el lateral de la cama. Pese a yo no sentir atracción por las mujeres, no pude evitar quedarme obnubilada por el balanceo sensual de sus caderas. Sufrir el magnetismo de sus hoyuelos de venus en la espalda e hipnotizarme sus blancas y tiernas nalgas con movimiento acompasado de ...
    ... sus piernas.
    
    Mi marido extendió el brazo con la palma de la mano hacia arriba a la altura de la vulva de ella. Con una mirada envuelta en timidez, miraba con gran atención a mi esposo y luego a mi. Yo le hice el gesto de que se relajara y me acerque a donde estaba. Ella separó ligeramente las rodillas y sacó pubis.
    
    Mi esposo la acariciaba y la miraba como si de un niño con juguetes nuevos se tratara. Dulzura y suavidad era una. Yo la puse mis manos sobre sus hombros y la susurré: Disfrútalo, no estés tensa. Aquí estamos para disfrutar.
    
    Un tímido gemido salió de sus labios carnosos y húmedos. Había sido penetrada por los dedos de mi marido. Ella sopló y resopló. Su cadera cobraba vida, se iba moviendo buscando el placer. Su cuerpo comenzó a sonrojarse. primero un rosa pálido, después un tono más salmón y ahí fue cambiando de tonalidades.
    
    Mi marido se revolvió en la cama y se puso cabeza abajo. Quería degustar ese coño joven y caliente. Ella dudo cómo colocarse. Con inseguridad y ayudada por mi, se colocó junto a la cama con la cabeza de mi esposo entre sus piernas. Mi marido rápidamente estiró sus brazos y agarró con firmeza el culo de la chica. Una mano en cada nalga que se apretaban entre su carne. Ella miró al techo y bufó cerrando los ojos para después morderse los labios de forma pasional. No pudo resistirse a llevarse sus manos a sus pechos y manosearlos.
    
    Yo me coloqué en el lado opuesto de la cama para verla a la vez que le realizaba una felación a mi ...