Los deseos de mi amigo para su mujer
Fecha: 30/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... semana ni una cerveza. Nosotros bailando y aunque costo Amparo también se animó y allí estaba con las tres. En uno de esos roces del baile toque el culo de Amparo y note que llevaba bragas, le dije al oído, “Me has defraudado, me tendré que buscar a otra para follar” me echo una sonrisa como de desprecio, como diciéndome, iluso, con quien vas a follar.
Empecé mi avance con las dos maduras, pero me decante en un principio por Carmen, porque era su tía, le daría más rabia. Carmen no se cortaba para nada y en cuanto noto mi rabo empalmado su entrega fue mayor. La situación se puso de tal manera que Amparo, entre cabreada, asombra y escandalizada le recrimino a su tía, “Tía, que te estas pasando, que estas casada, que ya eres mayorcita y sobre todo que tu marido y tu familia están aquí, CÓRTATE” y Carmen que estaba bastante encendida por su calentura le dijo, “Hija no seas aguafiestas que no pasa nada, solo estamos pasándolo bien, no seas mojigata, parece mentira que tengas la edad que tienes”, la cara de Amparo se congestiono más y quiso volver a recriminar a su tía, quien la corto en seco diciéndola, “Oye, ya bien, soy tu tía y no me vas a decir lo que puedo y no puedo hacer, si no te parece bien, ya sabes lo que tienes que hacer, irte a sentar con los hombres o hacer como la otra vez, irte a casa”
Amparo se fue a sentar y nos quedamos nosotros bailando, las dos me vacilaban provocándome y yo me dejaba querer. El ambiente era muy bueno, porque además las dos sabían que ...
... me había follado también con la otra y esa complicidad lo hacía más morboso. A las dos en distintos momentos les dije lo mismo sin que la otra lo supiera y como si fuera un secreto, era que cuando les hiciera una seña, quería decir ir al aseo a follar. Estando las dos de acuerdo. Eran dos “artistas” hacían beber a los maridos, aunque a Marcelo no le hacía falta ayuda. El que estaba más castigado era Juan Carlos, también porque nunca había sido bebedor. Me acerque al oído de Amparo para contestarle a una pregunta que me hizo, pero en vez de decirle lo que ella esperaba, le lamí la oreja y le dije, “que pena que no quieras follar” puso una cara de compromiso como si nada hubiera pasado.
Era el momento apropiado, hice las dos señas acordadas a Carmen y Marta, me levanté y me fui. Justo en ese momento Marta dijo que iba a la barra, que era un camino distinto al que yo llevaba. Me quede mirando en el pasillo de los aseos. Vi como Marta daba la vuelta para ir hacia los aseos y también vi como Carmen venia en mi dirección. Las dos al verse llegar y yo esperando se echaron a reír y me dijeron que era un “cabroncete”. Marta se nos quedó mirando, pero más a su prima y pregunto, “Bueno y llegados a este extremo qué hacemos, ¿Lo echamos a piedra, papel o tijera? o ¿Qué hacemos?” y fue Carmen quien sin decir nada marco el rumbo, me agarro de la muñeca y le dijo a su rima, “Vamos y no perdamos el tiempo” y nos fuimos a los aseos de mujeres. No vimos a nadie, pero si se oía a varias que ...