Los deseos de mi amigo para su mujer
Fecha: 30/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... prima que la besara, se fundieron en un gran beso y se corrió brutalmente. Carmen no la dio ni un respiro, se levantó y la quito. Estaba chorreando y quería follar, cambiaron las posiciones y mi rabo entro suavemente en su coño. Marta le desabrocho toda la delantera y sin más se puso a comer esas grandes tetas. Carmen acariciaba su cabeza mientras me la follaba.
De pronto nos llevamos un susto enorme, porque sonaron unos golpes en la puerta y era Amparo, “¿Estáis ahí? ¿Qué hacéis? Abrirme” ninguno decía nada, hasta que hablo su tía. “Amparo, ahora no puedo abrirte, que estoy haciendo mis cosas. Luego hablamos, vete con los demás” y ella dijo “No me jedáis que sé que estás ahí con Pelayo” le hice una seña a Carmen de que no hablara más y seguimos a lo nuestro. Pero Amparo cada vez se ponía peor, no paraba de dar golpes. Carmen ante el cariz de la situación le dijo, “Vale ahora salgo, pero espérame fuera, si abro la puerta y estás ahí, la vuelvo a cerrar” ella dijo que vale y nos arreglamos, Marta se quedó dentro, si no la había descubierto no quería que se enterara. Salimos los dos y Amparo estaba en plan moralista, “De verdad tía como me has defraudado y tú, vergüenza te tendría que dar liarte con una mujer mayor”
Me moví para que nos apartáramos de allí y así pudiera salir Marta. Efectivamente Marta logro salir sin ser vista. Al final tanto su tía como yo la cortamos en seco y Amparo se fue muy cabreada y nosotros nos quedamos a medias. En un momento se llevó a Juan ...
... Carlos aparte y vi como hablaban, mi amigo miraba en nuestra discreción y mientras oía a su mujer, tenía un leve movimiento de cabeza, en plan resignación. La verdad que esperaba que se marcharan y así tener el campo libre, pero no, aguantaron hasta el final. Esta vez me toco ir con ellos en el taxi. Íbamos todos muy callados y Amparo me miraba de reojo, sé que esperaba que dijera algo, pero me limite a mirar mi móvil y a sonreír. Veía que eso la cabreaba más. La realidad que tenía un calentó encima exagerado.
Al llegar a su casa entramos con mucho sigilo y sin hacer nada de ruido para no molestar a los padres. Yo me fui a la cocina a tomar un vaso de leche, Amparo dijo que iba a llevarse a la niña a su habitación y Juan Carlos se vino conmigo, lo primero que me soltó, “Tío ya te vale, mira que zumbarte a la tía en los baños, ¿Es que no tenías a otra? Menudo disgusto que tiene Amparo, porque le preocupa que su tío se entere” mi contestación fue muy sincera, “Juan Carlos, que no ha sido por eso, esta cabreada porque no era ella. Se cree que soy de su exclusividad y además la tía ya sabe lo que se hace. Y tú de verdad, ¿Crees que el marido no sabe cómo es su mujer?” Juan Carlos me decía que no quería entrar en discusiones, que posiblemente tendría razón, pero que no sabía. Vino Amparo que ya estaba cambiada y traía una bata puesta, nos dio las buenas noches y le dijo a su marido que no hiciera ruido cuando fuera a acostarse. Nada más irse le dije, “Amigo esta noche por culpa ...