1. Petite Milf


    Fecha: 30/07/2022, Categorías: Hetero Autor: Marianito, Fuente: CuentoRelatos

    Era tarde, una noche de un miércoles de verano. Quería un último trago antes de encarar el regreso a casa para dormir unas horas y arrancar la jornada laboral. Las vueltas sin rumbo en el auto me llevaron a un bar en una esquina céntrica de mi ciudad.
    
    Me acerqué a la barra y pedí una cerveza para tomarla ahí mismo. En una banqueta, apostada en la barra una mujer conversaba con el barman. Vestía toda de negro y ceñido al cuerpo: botas y medias, short de jeans recortado y musculosa. Parecía una pendeja, por la onda y por su diminuto cuerpo. Sus manos delataban que estaba sobre los 40 largos. Delgadita pero bien fibrosa, bien marcados sus brazos y muslos, pechos pequeños, todo en perfecta armonía.
    
    Apenas el barman me sirvió la cerveza y cortó la conversación con ella, copé la parada invitándole un trago a elección. Aceptó y pidió un whisky con hielo. Ya me empezaba a caer bien la madurita…
    
    Entre charlas y risas bebimos algunas cervezas y whiskies y me contó que era de Mendoza y que había llegado a San Juan siguiéndole el rastro a un amigo cubano que se suponía venía a trabajar a un conocido bar de verano, como especialista en tragos tropicales. Cómo había llegado esa noche a la ciudad y se había alojado en un hotel del centro, preguntó por su amigo en los bares de la zona. En todos había recibido la misma respuesta: los bares de verano no quedaban en el centro y nadie conocía a su amigo caribeño.
    
    Gentilmente me ofrecí a llevarla hasta un conocido boliche, al oeste de ...
    ... la ciudad. Se me ocurría como el lugar donde un cubano podía estar desarrollando su arte de preparación de tragos. Ingresamos al lugar luego de pagar la entrada y recorrimos las barras de lugar. Eran varias, algunas dentro del boliche cerrado y otras en los patios al aire libre. En ninguna estaba el negro y tampoco nadie lo conocía. En la recorrida aprovechamos de pedir unas copas y bailamos un poco en la pista interior, bajos las luces y los efectos del alcohol.
    
    Su onda, su pelo y su perfume me habían puesto muy caliente. Cómo ya era madrugada apuré la situación y le dije de llevarla hasta el hotel. Aceptó y fuimos hasta el auto. Antes de subir la tomé por la cintura haciéndola girar y la acerqué firmemente hacia mi cuerpo. Como la diferencia de altura era notoria (yo 1,86 m y ella 1,55 m aprox.) mi pija erecta quedó pegada a su abdomen plano y nos comimos la boca y lengua por varios minutos. De camino al hotel, ya en el auto, ella fue pajeándome y chupando mi pene con lo que el recorrido a veces se hizo muy lentamente.
    
    Una vez en el hotel instantáneamente quedamos en bolas. Su diminuto cuerpo era casi perfecto. Se notaba la piel de mujer madura pero físicamente estaba impecable, horas de gimnasio asumí que tenía encima. De entrada, devoré su concha depilada devolviendo así el oral que recibí en el auto. Lo hice hasta que se vino en un aparatoso orgasmo sobre mi boca. Ella me retribuyó favores con una chupada de pija y huevos intensa, escupiendo cada tanto la cabeza y ...
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