La Bruja y el Ogro. Capitulo 2.
Fecha: 10/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: ylkiuqoe, Fuente: RelatosEróticos
-Tomé el sendero que rodeaba la montaña por su lado norte, iba escoltado por mis diez mejores hombres- comenzó a contar el Caballero cuando la Bruja preguntó sobre las causas de su terrible herida y su llegada hasta las puertas del castillo.
Hacía un temporal atroz, el viento cortaba la piel, ascendíamos sin prácticamente ver más allá de nuestros pies. Habíamos dejado nuestras monturas al pie de la montaña, nos encontrábamos siguiendo los pasos de unas doncellas desaparecidas. Habíamos sido contratados por los nómadas del desierto y las pistas nos llevaban al este hacia las montañas, -esas montañas están a apenas dos días a caballo de aquí- interrumpió el duende, el caballero lo miró, hizo una breve pausa y prosiguió su relato.
Tras media jornada de camino infernal llegamos a una bifurcación, uno de los caminos se perdía de vista hasta la cúspide de la montaña, el otro serpenteaba hacia una especie de grieta en la piedra. Decidí indagar primero en la grieta, pues había indicios de movimiento en su dirección, y no había a la vista nada cercano que hiciera la función de refugio. Avanzamos con cuidado, esperando cualquier tipo de trampa, espalda con espalda, tratanto de cubrir cualquier ángulo. Ya en el interior, todavía no bajamos la guardia, nos encontramos con una estancia amplia, de unos treinta pies de alto, al fondo una gran piedra parecía impedir el paso hacia otra estancia...
Aquí el caballero pareció hacer una pausa antes de proseguir con su relato, trago ...
... saliva, parecía buscar las palabras exactas para describir el horror que él y sus compañeros habían descubierto en su interior.
-La piedra se deslizó hacia la izquierda con la fuerza de veinte brazos jóvenes, cayó con gran estruendo al suelo levantando una gran nube de polvo que nos imposibilitó momentáneamente ver el interior...
La grieta avanzaba hacia las entrañas de la montaña, nos adentramos en ella, no sin dejar a tres de mis hombres vigilando. El pasillo era lo bastante ancho para el paso de dos personas a la vez. Un hedor nauseabundo contaminaba la atmósfera, -esto huele como la maldita guarida de un maldito dragón- dijo Ragnack, mi mejor hombre, en una de sus historias favoritas contaba como había sido hecho prisionero por una dragona y como ésta lo obligaba a copular todos los días al menos tres veces con ella, aún así mantenía que no había nada mejor que un coño de dragón, si se podía soportar su olor apestoso. Pero estaba claro que aquello no era la guarida de ningún dragón. Un poco más hacia el interior se les presento una encrucijada, a simple vista el camino de la izquierda estaba bloqueado, a causa aparentemente de un derrumbamiento, ¿provocado? El camino principal parecía ser el que torcía a la derecha, mientras que el que continuaba al frente se iba estrechando a medida que penetraba más en la montaña. La tenue luz de una antorcha brillaba al fondo,parecia iluminar la entrada a una especie de sala, y nos dirigimos a ver. Conforme nos íbamos acercando el ...