1. Un hombre afortunado


    Fecha: 11/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la niña se llevó la mano furtivamente entre sus piernas y se tocó el coñito por encima de la tela del camisón y de las braguitas.
    
    — No puede ser — dije —
    
    — Tú mira…
    
    El incestuoso padre no estaba en escena, pero se podía escuchar su perversa voz.
    
    — Venga — comenzaba a decir — la cámara está grabando, comenzad a haceros cositas…
    
    Dani obedeció, quitándole el camisón a su hermanita. La niña reía sin poder evitarlo, estaba visiblemente ansiosa. Dani le besó en los labios. Luego le dio otro beso, sólo que esta vez con lengua.
    
    — ¿Te gusta? — quiso saber el padre —
    
    — Si… — contestó la niña — me gusta mucho…
    
    Dani se quitó entonces el sujetador. Sus pechos eran preciosos y Paula debía de estar de acuerdo porque se lanzó acariciárselos. Dani se dejó hacer hasta que su hermana volvió a besarle en la boca.
    
    Luego la tumbó en la cama y le quitó las braguitas. Le separó bien las piernas, mostrando a cámara un bello coñito imberbe y rosado. Dani se puso a lamerlo con energía, la niña simplemente se dejó hacer, cerrando los ojos y disfrutando.
    
    — Eso es — decía el padre — así…
    
    Dani estuvo un rato lamiendo a la pequeña. Para mi aquello me excitaba mucho. Era más incesto, y lesbianismo. Una tortilla entre hermanas… y la inocente Paula, pervertida de esa forma por su familia…
    
    Aparentemente el padre no pudo más y entró en escena. Tenía la polla tiesa, como me pasaba a mi mismo y se acercó con ella en la mano con un propósito muy claro en mente.
    
    Las dos ...
    ... hermanas se sentaron de nuevo en la cama. Dani condujo la cabeza de Paula para que engullera la polla de su padre. Nunca olvidaré ese momento. La polla del viejo, al lado del rostro de la niña, parecía descomunal. La pequeña se la miraba embelesada, como si tuviese en sus narices un helado gigante o un pastel de chocolate. Abrió la boca todo lo que pudo y Dani se aseguró de que la verga avanzaba al interior. Poco a poco la gran polla fue penetrando como un tren en un túnel, hasta que los testículos del viejo chocaron con la barbilla de su hija pequeña. Comenzó entonces un frenético vaivén que hacía entrar y salir el falo, embadurnado de saliva, sin ofrecer tregua a la pequeña que apenas podía respirar.
    
    Dani aprovechó para bajarse las braguitas y comenzar a masturbarse. La situación no merecía menos.
    
    — Así — decía el viejo — come, putita…
    
    — Parece que le gusta — contestó Dani —
    
    — ¡Claro que le gusta! — exclamó el orgulloso padre — lo he visto siempre en sus ojos… la lujuria, el deseo… ¡Es una puta!
    
    La niña no podía respirar, así que escupió el obelisco de carne que le taponaba la boca. Su hermana cogió el relevo, se la metió en la boca enseguida. Las hermanas siempre compitiendo, siempre codiciando lo que tiene la otra.
    
    Paula se quejó de que su hermana le había quitado la polla de su padre de la boca.
    
    — Hay para las dos — contestó éste — no es necesario que os peléis…
    
    Y así, las dos hermanitas compartieron la polla de papá, chupando ahora una y luego la otra, ...
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